Sergio Pérez es un omega en cinta que es maltratado física y psicológicamente por su alfa y lo único que quiere es escapar.
Mad (Max Emilian Verstappen) es un mafioso que fue a la casa de un maldito que le debía dinero, sin esperar encontrarlo golp...
Esa pequeña charla algo extraña que tuvo Max con Lewis fue la pieza faltante para que la mente del omega comenzara hacer una lucha entre sus propias reglas y sus sentimientos, estaba tan desordenado que casi le daban un balazo en el brazo por lo que George estuvo ayudándolo la mayor parte del tiempo en esa misión.
Cuando todo terminó el alfa estuvo preguntando por su estado y si no tenía alguna herida, Lewis estaba al borde de la desesperación de pedirle que se fuera pero al mismo tiempo diciéndole que seque dará el resto del día con él confesándole que lo ama, y al fin y al cabo, Max tenía razón; son seres humanos y están en todo su derecho en enamorarse de quien quiera sin importa que, si Lewis quería enamorarse de George podía hacerlo siempre y cuando tuvieran el cuidado porque estar dentro de una mafia no era nada sencillo.
Max lo sabía bien, y es que constantemente estar al pendiente de su omega y su cachorro no era nada fácil.
Por otra parte, muy lejano a la situación que estaba ocurriendo con el omega, se pudieron percatar algo muy inusual en las ventas de la mercancía y como muchos de los que se hacían cargo para distribuirlo ya no querían seguir trabajando con Mad, no hubo razón alguna simplemente todo estaba decayendo de poco en poco, al principio Max no le tomó la importancia que debería darle pero de un momento a otro y al notar las bajas ventas entró en un estado de pánico.
Sus hombres comenzaron una pequeña investigación sobre lo que estaba sucediendo pero no hay ninguna respuesta concreta. Los enemigos de Max estaban muy al pendiente del alfa y atacando constantemente, por lo que puso más refuerzos en su mansión antes de que invadiera dicho lugar, todo era un desastre y no hubo razón alguna.
Los gritos y gruñidos se escuchaban por todo el lugar, el alfa estaba más estresado de lo común que no lo podían calmar con nada, bueno, no literalmente. Sergio estaba en la planta alta dándole de amamantar al pequeño Yuki mientras le cantaba una canción de cuna, se sentía feliz y en paz admirando su carita mientras dormía, notó los gritos de enfado de su alfa que trató de calmarse él mismo para no sentirse intimidado.
En cuanto Max hizo presencia en la habitación cambió su semblante para no asustar a su familia pero ese olor agrio no pudo evitar expulsarlo, se sentó en la orilla de la cama tratando de calmarse y de no jalarse de los cabellos como un niño haciendo berrinche.
Checo llamó a una de las betas para que pudieran llevarse a su cachorro a su habitación, en cuanto ellos se fueron se posicionó detrás del alfa llevando sus manos sobre sus hombros con cuidado, cerró los ojos suspirando.
—Estas demasiado estresado— susurró sobre su oído.
—Todos son tan imbéciles— el omega sonrío y beso su nuca con suavidad, este gruño de satisfacción dejándose llevar por las caricias de Checo—, unos inútiles.
—Tranquilo— respondió.
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