Sergio Pérez es un omega en cinta que es maltratado física y psicológicamente por su alfa y lo único que quiere es escapar.
Mad (Max Emilian Verstappen) es un mafioso que fue a la casa de un maldito que le debía dinero, sin esperar encontrarlo golp...
En cuanto llegó sintió su hogar muy tranquilo, no era que no sintiera alivio que esté así sino que sabía que algo pasaba. Sergio llamó cuando entró pero nadie respondió, en cuanto observo en una de las habitaciones, una de ellas siendo la cuarta que reviso, se sorprendió junto a Lewis viendo a los tres alfas en una situación graciosa. Resulta que después de haber cambiado el pañal a Yuki dos horas pasaron para que nuevamente rompiera en llanto, incluso por no saber cómo calmar al pequeño se pusieron a llorar los tres junto a él, hasta que Max propuso entretenerlo.
Improvisaron para disfrazarse; Max usaba una camisa sobre su cabeza, Alex una bolsa de papel donde dibujó una carita feliz haciéndole dos hoyos para poder ver y George se colocó también una camisa sobre la cabeza mientras movía las manos con dos camisas más, los tres estaban tan entretenidos haciendo cualquier disparate mientras veían al cachorro riendo aplaudiendo con sus manitas. Sergio tenía la boca abierta y Lewis no podía asimilar lo que estaba viendo, uno de ellos toco la puerta para que se dieran cuenta que estaban ahí y de inmediato pararon.
—Creí que llegarías un poco más tarde— sonríe nervioso quitándose la camisa de la cabeza.
—No, hoy terminan temprano.
Alex y George siguen con esas cosas en la cabeza observando a los dos omegas en la puerta, estaban estáticos.
—Eso es bueno— es lo único que dice Max—. Yuki está muy bien, emm... señores... vuelvan a su trabajo.
—Quítate esa bolsa de la cabeza— susurra George y de inmediato hace caso—. Claro, señor.
Los dos caminan apenados a la salida, y antes de salir Mad vuelva hablar.
—George, la camisa— este se detiene quitándosela con prisa y se la entrega.
Estando cerca de la puerta le sonríen a Sergio y dan una reverencia.
—Señor Pérez— dijeron al mismo tiempo y salieron sin decir nada más, tampoco mirando a Lewis.
El omega menor le dio indicación a Lewis que era todo y se podía ir. No pudo más y estalló en carcajadas acercándose a su alfa besándolo con mucho amor, sabía el gran esfuerzo que hizo por cuidar del bebé y eso lo hizo enamorarse aún más.
No fue solo la única ocasión, sino que ahora compro mas juguetes para entretenerlo y simular una historia entre ambos muñecos mientras el omega tomaba sus clases de universidad, porque sí, Max también quería ver realizado a su omega.
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Pasando así un mes los días de intimidad con su alfa eran más fáciles y emocionantes para él.
Su primer celo que paso con él fue el mejor de todo el mundo, no solamente porque fue cuidadoso y amoroso con él sino porque lo estaba haciendo con el verdadero amor de su vida. Al principio estuvo tímido y aún con ese miedo de qué tal vez Max no le gustara su cuerpo, pero ahora que volvió a llegar se sintió aún más seguro de sí mismo y esta vez quería hacer que su celo fuese el que jamás olvidaría en toda su vida.