Sergio Pérez es un omega en cinta que es maltratado física y psicológicamente por su alfa y lo único que quiere es escapar.
Mad (Max Emilian Verstappen) es un mafioso que fue a la casa de un maldito que le debía dinero, sin esperar encontrarlo golp...
Cansado de estar siempre en la misma rutina después de su sesión de terapia; de estar en la habitación a estar en la sala de estar, de estar en el jardín a estar en la cocina, y así sucesivamente. Había agendado una cita para una ecografía, sin embargo, la doctora vendría a la mansión cosa que Sergio no quería, él quería salir a ver las calles y los carros pasar porque estaba harto, si era libre tenía el derecho de salir a la calle y estaba listo también para hacerlo. Lewis llegó como todos los días a supervisar que todo esté en orden, en ese momento de platica Sergio le pide el favor de acompañarlo a lo que por un instante dudo en hacerle caso pero al notarlo aburrido y desesperado adopto por hacerlo.
En camino al hospital solamente iban Lewis con una arma corta, el chofer y Sergio, quien iba maravillado en el paseo mirando por la ventana. Al llegar bajaron con cuidado y se adentraron al sitio, todo marchaba muy bien, ellos fueron los primeros en entrar al consultorio y al momento del chequeo se podía ver al precioso de Yuki sanito y muy bien desarrollado. Después de darle alguna indicación sobre sus cuidados estos salieron con una sonrisa en el rostro, hasta que en el fondo se escuchó a la gente gritar aterradoramente y algunos sonidos de bala, el corazón y el omega de Sergio se alteraron en cuestión de segundos y más por haber escuchado la voz de Kamui gritar su nombré desesperadamente.
¿Cómo carajos sabían que estaban ahí? se preguntó Lewis, inmediato tomó a Sergio del brazo llevándolo hacia el fondo del pasillo encerrándose en uno de los consultorios, sacó su arma y se colocó sobre la puerta.
—No quiero irme con él, quiero que se vaya— decía el omega en voz bajita con mucho temor, Lewis le froto el hombro indicándole que estaba con él.
Los disparos y el llamado seguían sin cesar, tenía que pedir ayuda ahora. Tomando el radio comenzó a llamar refuerzos, el primero en recibirlo fue George quien rápidamente dio aviso al mismísimo Mad y al tener la ubicación exacta cada equipo tomó una camioneta dirigiéndose al lugar. No tardaron nada ya que la forma en que Mad manejaba era una velocidad extrema, rodeando el hospital se dio cuenta que eran pocos hombres quien acompañaban a Kamui, dando indicaciones se adentraron llamando la atención del alfa.
La voz intimidante de Mad resonaba en cada pasillo haciendo erizarle la piel a las enfermeras omegas que se encontraban escondidas en uno de los consultorios, su voz llegó directamente a los oídos de uno de los que acompañan a Kamui quien estaba a punto de abrir la puerta donde se encontraban Lewis y Sergio.
—Vámonos— exigió estando algo nervioso. Kamui rodó los ojos.
—No, mi omega se va conmigo— el cuerpo de Sergio tembló al escucharlo tan cerca. El otro alfa lo jala del hombro.
—Vámonos, cabrón, nos tienen rodeados y ya mataron a uno.
Y efectivamente, Alex ya había matado a uno de los cuatro que iba con él, este seguía insistiendo que no estando a casi nada de abrir, Mad dispara hacia el suelo.
—¡MALDITO HIJO DE LA GRAN PUTA, NO TE IRÁS DE AQUÍ HASTA QUE TE MATE!— su voz del pelinegro re sonó en todo el piso.
—¡LARGUÉMONOS YA!
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