Era hora de ir. Me vestí para la ocasión colocándome mi traje de cuervo, este era suficientemente aterrador. Mi mascara puntiaguda y mi inmensa cantidad de plumas que rodeaban mi cuerpo. Cuando me ponía esta mascara estaba protegido, cuando me ponía esta mascara no tenía sentimientos, cuando me ponía esta mascara no miraba atrás y nadie era capaz de juzgarme, nadie era capaz de seguirme la mirada, absolutamente nadie. Mire fijamente a Pardo, un hombre tal y como lo decían los libros que existían, hombres que no estaban en una civilización tan avanzada, no eran tan inteligentes y apenas se desarrollaban. Los libros tenían razón, supuestamente en algún momento las personas de Verite fueron así. Antes de levantar los cimientos de lo que ahora es una gran ciudad. Pardo, no tiene oportunidad contra mí, Theo me lo ha dicho. Yo, seré el mejor guerrero de dios. Soy increíblemente fuerte. Todos nosotros nos subimos en nuestros caballos, en el caballo de Rodrick estaba Pardo.
—¡AHORA!
Empezó nuestra cabalgata, nos alejábamos poco a poco de nuestro campamento, adentrándonos en una tierra completamente desconocida a través del bosque, un bosque sombrío. No nos habíamos dado cuenta de algo muy importante, el día. El ciclo diurno era nuestro peor enemigo aquí, fuera de los muros. Y se nos olvidó por completo, sin relojes cerca, sin absolutamente nada más que el sol que nos recordara el tiempo, después de una hora cabalgando el sol cayo y la luna se volvió protagonista sin avisar. Con su belleza sombría.
—Mierda... Se hizo de noche.
—Mierda... Necesito que todos estén atentos a sus alrededores. Los Synd podrían atacar en cualquier...
Rodrick fue brutalmente interrumpido por la muerte de uno de los soldados de Theo, aquel hombre junto con su caballo murieron aplastados por un Synd el cual cayó del cielo, era parecido a un demonio. Su cuerpo era muy grueso, grande de casi 3 metros, se veía muy fuerte, tenía dos cuernos en su cabeza y dos alas que cubrían todo su cuerpo. Hechos con la penumbra, eran los enemigos del sol, los amantes y trabajadores de la muerte, ellos eran la pena del hombre. Esa cosa mato a ese soldado como si nada.
—¡Miren arriba!
Todos miramos hacia arriba, sobre los árboles había muchos de esos Synd's mirándonos desde arriba, levitando sobre los árboles, abrazados por sus alas como si fueran murciélagos. Mirando hasta que una de esas cosas dio un grito... Veía como bajaban del cielo buscando nuestra muerte, nos perseguían con sus alas a una gran velocidad por poco alcanzando la velocidad de los caballos. La primera en actuar fue Julia, atravesándose con sus espadas provocando una explosión de sangre, alejándolos por un segundo.
—Rodrick. ¿Qué hacemos?
—Mierda... Es evidente que los caballos morirán si no nos bajamos de ellos.
—¿Dices que nos bajemos a pelear? Estás loco. Vamos a morir.
—Bien, entonces no permitirte que maten a Night. —Dijo Julia para seguido a eso saltar y plantarse en el campo de batalla.
Los demás hicimos lo mismo, me clave mi guadaña y active mi poder de sangre, no podía perder de vista a Pardo... Estoy seguro. Que lo vi sonriendo, ese cabron tiene algo planeado, frente a mi estaba esa cosa, ese maldito Synd, me congelé. Mi cuerpo no era capaz de reaccionar, esa cosa me agarro con su mano y solo cuando me toco un instinto de supervivencia salió de mí. Ataque con mi guadaña envuelta en sangre, el rojo de mi filo se quedó en su cuerpo marcado. Esa cosa hizo un grito de dolor. Mire hacia mi izquierda, uno de los soldados de Theo intentaba matar a aquel Synd, apenas lograban hacerle daño con su espada. Ese hombre no tenía suficiente entrenamiento, esa cosa lo atravesó con uno de sus cuernos. Cayo otra de esas cosas del cielo y comenzó a comerse a aquel hombre, recuerdo. Si, lo que debo hacer ahora es atacarlos con mi sangre hasta que sus cuerpos queden repletos de mi sangre y alguien los remate con un golpe contundente. Así es como se matan a los Synd, debes ser increíblemente fuerte, casi inhumano para matarlo con una simple espada normal. Por eso las exploraciones de la iglesia al exterior llevaban consigo casi 100 personas. Corrí hacia uno de los Synd, gire rápidamente mi guadaña y le realice varios cortes, todo su cuerpo se llenaba de sangre. Su cuerpo ya no estaba hecho de aquella sombra extraña, ahora. Estaba hecho de mi sangre, vestido de rojo era fácil de ver, intento atacarme con una de sus alas, yo di un salto hacia atrás alejándome y esquivando ese ataque, aunque el me golpea con su ala. No calcule lo larga que era, caí al suelo. Por un momento pensé que me había roto algo, veía todo en cámara lenta, Rodrick aprovecho y con su martillo de un solo golpe aplasto al Synd. Haciéndolo desparecer, mire a mi derecha, Julia atacaba con una velocidad inhumana, el Synd que estaba atacando al igual que el que yo atacaba cambio a un color rojizo. Rodrick de nuevo lo aplasto. Me levante... Atrás mío un synd clava sus garras en mi hombro intentando arrastrarme con él, y el hijo de puta lo estaba logrando, caí al suelo gritando del dolor, y veía como otras 2 de esas cosas caían del cielo para matarme, reaccione lo más rápido que pude clavándome a mí mismo mi guadaña bañada en sangre, una explosión de sangre rodeo mi cuerpo. Eso fue... Demasiado arriesgado. Vomite sangre, pero todas las bestias alrededor mío estaban en ese color rojo, Rodrick y Julia llegaron a matarlos a todos. ¿Acaso soy el único torpe aquí? Fue lo que pensé... Pero no era sí. Mire con atención a mi alrededor, Julia estaba repleta de pequeños cortes alrededor de sus brazos, cortes profundos. Rodrick estaba increíblemente cansado, ese martillo gigante debe pesar demasiado, los demás soldados estaban muertos menos nosotros 3, y yo. Bueno, estaba muy cansado, vomitando sangre, mareado y con una herida profunda en mi hombro... ¿Estos son los Synd's? Ya hubiera muerto 4 veces si no tuviera el poder de la sangre. Todos nosotros respirábamos pesadamente... Aun habían Synd's que se acercaban lentamente a nosotros. Escuche un caballo a lo lejos...
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EL NEGRO.
AdventureCiegos, sordos y mudos, creados a la imagen y semejanza de ellos mismos. Son todo y no son nada, son conscientes que lo son. Egoístas como ningún otro, pero nadie se salva de no serlo. Una historia de varios pueblos diferentes e iguales. El convenie...