XII

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Lauren mantuvo las manos enfundadas en los bolsillos de sus jeans mientras veía a su alrededor con algo de disgusto. La alegría que aquel lugar transmitía amenazaba con causarle náuseas, no entendía muy bien el porqué. Había estado allí antes, no hace mucho tiempo atrás, pero en ese momento no le prestó mayor atención. Jude seguía esperando cerca el mostrador a que alguien lo atendiera.

-Me recuerdas qué hacemos aquí.

-Ally y yo estamos de aniversario.- Jude sonrió ampliamente- Quiero sorprenderla en el trabajo con un lindo detalle.

-¿Y no se te ocurrió nada mejor que enviarle flores? .- Preguntó Lauren observando a su amigo con una ceja arqueada.

-No me molestes.- Jude le advirtió.

-Eres demasiado cliché.- Comentó la pelinegra rodando los ojos.

-Y tú demasiado amargada.

Una chica de cabello corto y radiante sonrisa se acercó a ellos.

-Siento la demora. Tenemos muchos clientes el día de hoy.- Se disculpó pasando las manos por el delantal de jardinería que llevaba puesto- ¿Necesitas otro arreglo floral?

La chica tras el mostrador se dirigió a Lauren. Jude frunció el ceño y volteó a ver a su amiga sin entender qué estaba pasando.

-No.- Respondió Lauren manteniéndose inexpresiva.

-Oh, lo siento. Es que creí haberte visto antes y...- La chica notó el desinterés de la pelinegra por lo que estaba hablando y decidió callar- No importa.- Dijo sacudiendo la cabeza- ¿En qué puedo ayudarte?

La florista desvió la atención hacia Jude, pero él seguía observando a Lauren esperando a que dijera algo.

-¿Ya habías estado aquí? .- Preguntó alzando una ceja.

-¿Puedes solo darte prisa? .- Dijo Lauren con fastidio.

Jude entrecerró los ojos y le dio una última mirada a la ojiverde antes de voltear a ver a la chica tras el mostrador quien observaba la escena en silencio esperando pacientemente poder hacer su trabajo. Luego de que Jude se encargara de enviarle a su novia el arreglo floral más pomposo que podía existir, ambos dejaron la florería. Lauren sabía perfectamente bien que su amigo no dejaría pasar lo ocurrido tan fácilmente y pudo sentir la intensa mirada de Jude sobre ella mientras caminaban hasta su auto.

-¿A quién le enviaste flores? .- Jude preguntó sin poder contener más su curiosidad.

-A nadie.- Respondió Lauren mientras conducía.

-No trates de engañarme.- Su amigo le advirtió- Esa chica ya te había visto antes. Es obvio que tú rostro le resultó familiar y por eso asumió que eras tu la persona que requería de sus servicios.

Lauren no se inmutó frente a las palabras de Jude y permaneció en silencio manteniendo la vista al frente. Por supuesto que no iba a decirle a Jude que le había enviado flores a Camila. Si lo hacía, también tendría que contarle todo acerca de la inesperada visita de Clara y de cómo Camila había terminado enterándose de todo lo que había pasado entre ellas años atrás. Seguramente Jude intentaría hablar del tema y eso no era algo que Lauren quisiera hacer. Por el contrario, quería borrar de su memoria absolutamente todo lo que había pasado el día en que volvió a encontrarse con Clara. Inevitablemente, la imagen de Camila, volvió a apoderarse de sus pensamientos. Cuatro días habían pasado desde su último encuentro durante el cual casi fueron descubiertas por Ally. Cuatro días llenos de miradas furtivas y discretos coqueteos. Cuatro días en que la tensión sexual que había entre ambas no había hecho más que crecer con cada minuto que pasaba. Lauren no podía apartar los ojos de la castaña cada vez que estaban en la misma habitación. Con una sola mirada, Camila conseguía remover todo en su interior y llevar cada uno de sus sentidos al máximo.

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