XI

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-¿Acaso estoy en el cielo?

Taylor y Camila compartieron una divertida mirada y rieron por lo bajo al escuchar las palabras del hombre tendido en la cama de aquella habitación de hospital.

-No Bert, estás en el hospital.- Respondió Taylor mientras controlaba sus signos vitales.

Camila le sonrió al hombre de avanzada edad que no dejaba de mirarla con una adormilada sonrisa en el rostro. La castaña se encargó de conectar otra bolsa de solución salina a la vía venosa del paciente que acababa de despertar después de su cirugía.

-Son las chicas más hermosas que jamás he visto.- Bert volvió a halagarlas.

-Ya veremos si sigues pensando lo mismo cuando no estes hasta el tope de sedantes.- Comentó Camila con gracia.

-¡Pero si parecen dos ángeles caídos del cielo!

Las dos enfermeras volvieron a reír.

-Bien galán, es hora de descansar.- Dijo Taylor.

Luego de dejar a su paciente lo mas cómodo posible, Camila y Taylor dejaron la habitación de su nuevo admirador.

-Así que conociste a mi papá.- Taylor comentó cuando regresaron a la estación de enfermería.

Camila se giró a ver a la castaña mientras ataba su propio cabello en un desordenado rodete.

-Sí, me encontré con él en casa de mis padres.- Respondió.

También he conocido a tu madre, Camila pensó.

-Eso fue lo que me dijo.- Dijo Taylor sonriendo- También me dijo que te utilizó como mensajera para hacer que Lauren volviera a aparecerse por casa.

La castaña desvió la mirada al escuchar el nombre de la hermana de su compañera de trabajo. Tenía miedo de que sus ojos y expresión la delataran.

-Oh, sí.- Murmuró.

-¿Se ha comportado bien contigo? .- Preguntó con curiosidad.

Camila carraspeó y asintió con la cabeza mientras fingía leer algo en el folio que tenía entre manos.

-Sí.

Taylor observó a la castaña junto a ella con sospecha y entrecerrando los ojos. Sentía que había algo que Camila no estaba diciéndole, pero no la presionaría para hablar.

-¿Sabes por qué estuvo tan desaparecida o tampoco pasó tiempo en el apartamento?

-No lo sé, pero intuyo que pudo ser por el trabajo.- Camila mintió- Necesito tomar un descanso, ¿puedes encargarte de Bert?

Su compañera de trabajo asintió mirándola con confusión debido a la forma tan abrupta en la que había decidió terminar aquella conversación, pero no hizo comentarios al respecto y dejó que Camila se marchara. La castaña recorrió los pasillos del hospital hasta uno de los tantos ascensores del edificio y fue directo a la primera planta. Necesitaba salir y tomar un poco de aire. Se preguntaba si se pondría así de nerviosa cada vez que alguien mencionara a Lauren. De ser así estaba perdida. Camila no conseguía quitarse de la cabeza el recuerdo del último beso que ambas habían compartido. Las ganas que tenía de volver a repetir aquel beso crecían con cada segundo del día que pasaba y no estaba segura de si iba a ser capaz de controlarse cuando volviera a tener a Lauren enfrente.

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