XVIII

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'Permítele conocer a la Lauren que yo conocí hace años'. Las palabras de Dinah no habían dejado de rondar su cabeza desde que la había visitado. La sugerencia de su amiga tenía todo el sentido del mundo, pero a su vez le asustaba. No sabía cómo mostrarle a Camila la persona que hace mucho tiempo había dejado de ser. Dinah había insistido en que sólo era cuestión de dejar que todo eso que había mantenido oculto en lo más profundo de su ser saliera a flote otra vez. Derribar algunas barrares y darse un poco de libertad a sí misma. La rubia estaba segura de que a Camila le encantaría conocer su verdadera personalidad. Aquella que la había acompañado durante gran parte de su vida. Durante un momento, se permitió a sí misma recordar cómo solía ser en el pasado. Una chica bastante agradable y sociable con un carisma desbordante. Una chica divertida, con un increíble sentido del humor. A veces indiscreta y algo torpe. Una chica a la que no se le daba muy bien el romanticismo, pero que sí conocía lo que era la responsabilidad afectiva. Una chica sin vicios ni adicciones con un particular amor por la cocina.

Esa era la persona que Lauren había sido en el pasado. La persona que su familia y sus amigos tanto extrañaban. La persona que aún vivía oculta bajo todas aquellas capas que ella misma se había encargado de construir a su alrededor y que había decidido disfrazar con una versión fría y malhumorada.

Dinah le había dado una serie de consejos sobre qué hacer y qué no hacer. Tragarse sus propios sentimientos solo porque no tenía idea de qué hacer con ellos estaba en la lista de cosas que no debía hacer. Mientras que ser más expresiva y menos malhumorada estaba dentro de la lista de cosas que sí debía hacer. Luego de que la rubia se detuviera a analizar con cautela la situación, concluyó que: debido a que ambas habían decidido saltarse varios pasos yendo directamente al sexo, lo apropiado sería que tuvieran una cita. No cualquier cita, su primera cita. Un momento dulce y agradable durante el cual pudieran compartir sin tapujos y dar rienda suelta a la atracción que sentían por la otra. Lauren decidió que si podía hacer eso. Le parecía una buena idea. Hasta que la presión de querer planear algo único cayó sobre sus hombros llenándola de estrés e indecisión.

No quería que exagerar, pero a su vez quería tratar de ser original. Quería que su primera cita con Camila no se pareciera en nada a alguna otra primera cita que la castaña hubiera podido tener en el pasado. Quería que fuera especial. Se pasó los próximas días tratando de pensar en algo que cumpliera con sus propias expectativas y requerimientos hasta que se le ocurrió algo que podría funcionar. Una vez que el plan estuvo hecho, solo quedaba averiguar si Camila aceptaría tener una cita con ella. Desde que se había presentado en apartamento y había decidido ser honesta con ella, Camila había mantenido la distancia. Le había dejado muy en claro que no confiaría en ella con facilidad, y Lauren se propuso a sí misma demostrarle que darle una oportunidad no era tan mala idea. Por eso se había estado esforzando al máximo durante el último tiempo.

En los últimos días, Camila había estado visitándola después del trabajo, pero esa noche decidió ser ella quien la visitara en el trabajo. Dio vueltas por el vestíbulo del hospital para matar el tiempo esperando a que la castaña terminara su turno. Escuchó una risa muy parecida a la de Camila y volteó para ver si se trataba de ella. En cuanto se giró para buscar a la dueña de aquella melodiosa risa no le gustó para nada lo que vio. La castaña caminaba hacia el vestíbulo siendo acompañada por un chico alto que vestía un uniforme clínico negro y una bata blanca. Camila dejó de reír en cuanto la vio y se acercó a ella con su acompañante siguiéndola de cerca.

-Lauren.- Dijo evidentemente sorprendida de verla allí- Hola.

-Hey.- Murmuró sin despegar sus ojos del médico a sus espaldas.

Camila se dio cuenta de la dirección en la que mirada y se giró para ver al cirujano de pie tras ella. Sus ojos marrones viajaron del uno al otro un par de veces antes de decidir hacer una rápida presentación entre ambos.

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