𝐌𝐋𝐏: 𝐄𝐋 𝐇𝐄𝐑𝐎𝐄 𝐃𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐂𝐈𝐎.

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟖

«Uno De Los Más Poderosos»

Hace mes y medio, un pequeño ser conocido como Ghost, un demonio de rango medio, llegó a la vasta ciudad de los demonios. En sus inicios, era un individuo común y corriente, un rostro más en la multitud que habitaba esa urbe llena de sombras y ambiciones.

Sin embargo, con el paso del tiempo, su presencia comenzó a resonar en cada rincón de la ciudad. A través de astutas maniobras y un entendimiento profundo de la naturaleza demoníaca, Ghost se transformó en un pilar fundamental de la sociedad demoníaca.

Hoy en día, Ghost no solo gobierna un territorio, sino diez, lo que lo ha convertido en uno de los demonios más temidos y respetados de todos los tiempos. Su ascenso al poder ha sido meteórico, y su nombre se susurra en los círculos más oscuros de la ciudad.

Se ha ganado el respeto y el temor de muchos, alcanzando niveles de influencia que rivalizan con los del mismísimo Rey Astaroth, el monarca de los demonios. Su habilidad para maniobrar en un entorno tan hostil y competitivo ha dejado una marca indeleble en la historia de la ciudad.

Los demonios que antes lo subestimaban ahora lo observan con una mezcla de admiración y recelo. Ghost, con su astucia y determinación, ha sabido aprovechar cada oportunidad que se le ha presentado, convirtiéndose en un maestro de la estrategia y la guerra psicológica.

Su pequeño tamaño es ahora un recordatorio de que el poder no siempre se mide por la fuerza física, sino por la capacidad de influir y controlar a otros.

En esta gigantesca ciudad de demonios, Ghost ha redefinido lo que significa ser un líder. Desde su trono, observa su dominio con una calma inexpresiva, sabiendo que cada decisión que toma puede alterar el delicado equilibrio de poder.

Su viaje desde un ser común hasta convertirse en una figura de autoridad ha sido una prueba de su ingenio y resistencia, estableciendo una nueva era en la que su sombra se extiende sobre todos, dejando claro que, en el mundo de los demonios, las apariencias pueden ser engañosas.

Ghost se encontraba en el imponente castillo que le pertenecía, uno de sus diez territorios en la vasta ciudad de demonios. La estructura era un reflejo de su ascenso al poder, con murallas que parecían absorber la luz y pasillos que resonaban con el eco de sus pasos.

A su alrededor, más de 5,000 sombras sirvientes vigilaban en silencio, demonios que alguna vez se atrevieron a desafiarlo y que ahora se encontraban sometidos a su voluntad.

La atmósfera en el castillo era densa con la lealtad forzada de sus sirvientes, cada uno de ellos un recordatorio de la transformación que había llevado a cabo: aquellos que alguna vez fueron enemigos ahora eran sus manos y ojos en la oscuridad.

Mientras contemplaba la vasta extensión de su dominio, Ghost reflexionaba sobre su próximo objetivo. Sabía que estaba un paso más cerca de descubrir si el Rey Astaroth realmente planeaba atacar Equestria.

La posibilidad de una guerra inminente lo mantenía alerta; no podía permitir que el conflicto llegara a su hogar. Con determinación, pensó en las estrategias que debía implementar para detener a Astaroth antes de que sus planes se concretaran.

A pesar de su dominio sobre los diez territorios y la influencia que había acumulado en la ciudad de los demonios, Ghost se encontró atrapado en un torbellino de emociones que lo alejaban de su entorno.

Su verdadera preocupación y anhelo se centraban en Equestria, su hogar, donde sus amigas lo esperaban. Había pasado un tiempo considerable desde su partida, y aunque su poder en el inframundo era considerable, la distancia lo pesaba como una carga.

Utilizando la sombra que había dejado en Equestria para vigilar los alrededores de su hogar, podía ver a sus amigas, cuyas sonrisas eran a menudo eclipsadas por la tristeza de su ausencia.