𝐌𝐋𝐏: 𝐄𝐋 𝐇𝐄𝐑𝐎𝐄 𝐃𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐂𝐈𝐎.

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟐

«¡Que Comience La Guerra! ( II )»

Ghost descendió en picada desde el cielo, su aguijón preparado para atacar al Rey Astaroth con una velocidad impresionante. La determinación brillaba en sus ojos, decidido a acabar con la amenaza que representaba el rey.

Sin embargo, justo en el momento en que su aguijón estaba a punto de impactar, una espada oscura apareció en la mano de Astaroth, deteniendo el ataque con una fuerza imponente.

El choque entre el aguijón de Ghost y la espada resonó en el aire, una onda de impacto que reverberó en todo el campo de batalla. La fuerza del encuentro fue tan intensa que varios demonios se vieron obligados a retroceder, sintiendo la presión del poder que emanaba de ambos combatientes.

Ghost, sorprendido por la velocidad y la destreza del rey, se preparó para continuar la lucha, consciente de que cada movimiento contaba en esta crucial confrontación.

Los siete pilares observaron con atención cómo su rey se enfrentaba a su nuevo enemigo, Ghost. La atmósfera en el campo de batalla se tornó eléctrica, con chispas que saltaban cada vez que la espada oscura de Astaroth chocaba contra el aguijón de Ghost. Cada golpe resonaba en el aire, marcando el inicio de un enfrentamiento que prometía ser decisivo para el destino de todos.

Ghost, consciente de la importancia de la batalla, empleó una serie de técnicas de ataque que demostraban su habilidad y agilidad. Con movimientos fluidos, realizó un giro rápido hacia la derecha, buscando el flanco de Astaroth y lanzando un corte diagonal con su aguijón.

Sin embargo, el rey anticipó el movimiento y bloqueó el ataque con su espada, forzando a Ghost a retroceder rápidamente.

Aprovechando su velocidad, Ghost se deslizó hacia atrás y realizó un salto acrobático, buscando una nueva posición desde la cual atacar. En el aire, giró su cuerpo, extendiendo el aguijón hacia Astaroth en un intento de perforar su defensa.

Al aterrizar, utilizó esa inercia para impulsarse hacia adelante, ejecutando un ataque en barrido que tenía como objetivo desestabilizar al rey. A pesar de la ferocidad de su ofensiva, Astaroth se mantuvo firme, usando su espada para desviar el golpe y contraatacar con un movimiento diagonal que puso a prueba la agilidad de Ghost.

Ghost activó sus zarquillos, que brotaron de su espalda como serpientes de oscuridad, dispuestas a rebanar y cortar a Astaroth. Con cada movimiento, los zarquillos se lanzaban hacia el rey con una rapidez asombrosa, atacando en un frenesí de fuerza y determinación.

Astaroth, aunque mantenía la calma, comenzó a mostrar signos de dificultad al desviar los ataques, sintiendo la presión de cada golpe que cercenaba el aire a su alrededor.

Aprovechando la distracción del rey, Ghost intensificó su velocidad, convirtiéndose en un destello oscuro que se abalanzó sobre Astaroth con su aguijón en alto.

En un movimiento audaz, buscó empalar al rey, mientras la batalla a su alrededor se tornaba un verdadero espectáculo de caos y sangre. Las sombras de Ghost, alimentadas por su propia oscuridad, arrasaban con los demonios, cada golpe resonando con fuerza y cada caída dejando un rastro de cuerpos desmembrados.

Las tres sombras más poderosas de Ghost luchaban ferozmente contra los pilares demoníacos. El Wendigo Oscuro, en un despliegue de brutalidad, superó a Night en combate, desgarrándolo con sus garras sombrías. La regeneración de Night, aunque formidable, no fue suficiente para soportar el ataque implacable del wendigo, quien dejó su cuerpo destrozado en el suelo.

Mientras tanto, el Dragón Oscuro se enfrentaba a Rock y, con un furioso grito, desató su magia más poderosa: la calcinación oscura. Las llamas infernales consumieron a Rock, convirtiéndolo en cenizas en un instante, la luz de su vida extinguida de manera brutal.