Los Personajes Mas Fuertes Del Mundo Están Obsesionados Conmigo (NOVELA)

Historia Secundaria 15

Historia secundaria Parte 2

La cocina de la residencia en plena noche.

Todos los empleados habían salido del trabajo, así que estaba oscura y vacía.

Dalia y Adrisha estaban frente a frente, delante de una pequeña lámpara. Una sonrisa siniestra se dibujó en los labios de ambas.

"Dalia, enhorabuena. Por fin lo has conseguido".

"Sí. Pensé que lo había perdido, pero fue un regalo de Dios que lo encontrara".

Las dos sonrieron y miraron el montón de galletas que tenían delante.

Era el polvo mágico que convirtió a Adrisha en una niña hace mucho tiempo.

No hacía mucho, mientras organizaba su escritorio, Dalia encontró por casualidad ese polvo.

Dicen que esto puede convertir a cualquiera en un niño, ¿verdad?

A Dalia le brillaron los ojos.

Por supuesto, ella era la única que estaba emocionada.

Adrisha más bien venía a ayudarla. Se puso incómoda con los otros candidatos a protagonistas masculinos y no le interesaba si los demás se hacían más pequeños o no.

"Gracias, Adrisha."

"No. Fue muy divertido hacer galletas juntas".

Adrisha sonrió brillantemente bajo las llamas parpadeantes.

Por un momento, sus ojos deslumbraron como si fuera de día.

¿Cómo puede parecer siempre un ángel por mucho que pase el tiempo?

Dalia no podía creerlo.

Adrisha sonrió más alegremente.

Dalia aún no lo sabe. Adrisha sólo es buena cuando está delante de ella.

Gracias a eso, Adrisha pudo evitar hablar de los "efectos secundarios" de los que había hablado Meldon.

"También tiene fecha de caducidad, así que no sabes cómo puede cambiar tu temperamento con el tiempo. Bueno, como tu maná no es fuerte, puede que no sea un gran problema".

Meldon se encogió de hombros mientras hablaba.

Adrisha sonrió con calma y ocultó sus verdaderos sentimientos. Lo que le ocurriera al resto de la gente no era asunto suyo.

"Debería dárselo a mi hermano primero".

dijo Dalia mientras guardaba las galletas en una bonita caja.

Y al día siguiente.

"¿Galletas?"

"Sí, estarán deliciosas".

Hikan miró la caja de galletas, que estaba bellamente envuelta con cintas de colores traídas por Dalia.

Si alguien le preguntaba sus sentimientos, se sentía como un guerrero que acababa de salvar el mundo, pero al mismo tiempo, sentía que quería partir el escritorio por la mitad y romper la ventana. Sin embargo, su orgullo no le permitía ser abiertamente obvio.

Así que se limitó a abrir la caja en silencio.

Dentro, había galletas con forma de persona densamente empaquetadas que parecían salidas de un molde de galletas de cocina.

También había ojos, nariz y boca.

Parecían dibujadas a mano.

Hikan miró los rasgos dibujados a mano con una sensación indescriptible y se mordió el labio inferior. Y miró a Dalia.