Historia Secundaria 6

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"Eso es......"

Entonces un sirviente llamó a la puerta.

"Señorita Adrisha, el Duque Meldon Artus la busca".

La luz volvió a los ojos de Adrisha.

Se apresuró a cerrar la boca, reorganizó los documentos y se inclinó ante Cedric.

"Mis disculpas. Tengo un asunto urgente que atender".

"......Muy bien."

dijo Cedric, reprimiendo su creciente irritación.

¿Cómo se atrevía Meldon a interferir así en su asunto?

"Incluso con Dalia.......

Sólo de pensar en esa escena se le revolvió el interior, Cedric se tocó la frente.

Sabe que no es culpa de nadie. Si hay alguien a quien culpar, es a él.

Sin embargo, cuando piensa en Dalia, se irrita con facilidad, y su ira se disparó con sólo oír el nombre de Meldon.

"¿De qué clase de noticias valiosas quería hablar?

Cedric no pudo soportarlo más y abrió de golpe la puerta por donde había salido Adrisha.

Extendió su maná y encontró a Meldon. Meldon y Adrisha estaban hablando justo detrás de un pilar del pasillo.

Caminó en silencio hacia el pilar.

Y encontró a los dos.

Los dos estaban inclinados y susurrando como si estuvieran hablando de algo muy secreto.

Entonces, Adrisha arrojó a los brazos de Meldon algo que parecía un trozo de papel arrancado de un cuaderno.

Meldon lo dobló rápidamente y se lo guardó en el bolsillo.

Y, por alguna razón, sonrió con maldad y le dio un golpecito en el hombro a Adrisha, como si la animara.

La mirada de Cedric no se apartaba de la escena.

¿Qué están haciendo?

No lo entendía.

Por lo que él sabía, Meldon mantenía una estrecha relación con Dalia Pesteros.

¿Cómo puede un hombre que tiene una amante acercarse tanto a otra mujer, hablarle y tocar su cuerpo?

Cedric no podía entenderlo en absoluto.

Literalmente, el peor ser humano.

Se decidió.

Pasara lo que pasara, separaría a ese canalla de Dalia Pesteros.

Para ello, tenía que conocer a Dalia como fuera. No le interesaba el baile ni nada por el estilo, pero tenía que forzar su agenda para reencontrarse con ella y encontrar un momento que coincidiera con el de ella.

Rápidamente envió una carta expresando su intención de asistir al baile.

Y en el baile, después de apartar a algunas personas igualmente repugnantes, encontró a Dalia Pesteros sentada pensativa en un banco de la esquina del fondo.

Estaba sola, sin pareja.

Al acercarse, las luces de la calle los ocultaron, proyectando una sombra sobre su cabeza.

Dalia, sintiendo una señal de presencia, levantó la cabeza. Sus ojos se abrieron un instante.

"...... No esperaba que vinieras".

Los Personajes Mas Fuertes Del Mundo Están Obsesionados Conmigo (NOVELA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora