Los Personajes Mas Fuertes Del Mundo Están Obsesionados Conmigo (NOVELA)

Capitulo 129

Al mismo tiempo, el hombre que acababa de atacar a Cedric aterrizó en el jardín trasero de la mansión del ducal de Blueport.

Sabía que sería inútil hacer tal cosa ahora que había sido atrapado por Cedric, pero no podía evitarlo porque había fijado las coordenadas aquí desde el principio.

'Por ahora, logré pasar ese 1%'.

Se preocupaba cada vez que necesitaba usar el pergamino por el 1% de posibilidades. Así que esperaba no tener que usarlo hasta el final.

Por supuesto, incluso ahora, con un 99% de posibilidades de sobrevivir, el único camino que le quedaba era el rocío del espléndido campo de ejecución.

Si no quería morir, tenía que huir al Sacro Imperio lo antes posible. Cuando llegue allí, Su Santidad le salvará. Si no lo atrapan después de cometer este ridículo error.

Recordó lo que acababa de hacer y chasqueó la lengua.

'Maldita sea, se suponía que era para Dalia Pesteros.......'

Se lo tiró a Cedric porque tenía prisa.

Se arrepintió tardíamente, pero no pudo evitarlo.

No pasa nada si no le pillan. Ya les ha informado de que lo ha conseguido. No había otra forma de comprobarlo.

Se giró para pensar en salir rápidamente de la mansión.

Sin embargo, al darse la vuelta, se encontró con una enorme figura humana.

A pesar de que fijó las coordenadas a un lugar remoto donde nadie vendría.

Era una situación inesperada, pero sonrió astutamente. Gimió de dolor mientras se agarraba el brazo quemado.

"......Me quemé accidentalmente mientras jugaba aquí. ¿Podría llamar a un médico?"

"Eso será difícil".

Recibió una respuesta firme.

Sólo entonces se dio cuenta el joven de que el hombre que tenía delante era el duque Lewayne Blueport.

"......¿Cuál es la razón?"

"Porque le prometí a la joven Dalia Pesteros que la protegería".

Antes de que el joven pudiera descifrar el significado oculto de las palabras, su visión se oscureció rápidamente. Al mismo tiempo, sintió un fuerte dolor en el dorso de la mano del lado que no estaba quemado.

"¡Aack!"

Se sentó y gritó.

Luego, temblando de dolor, se miró el dorso de la mano. Pudo ver el mango de una espada que sobresalía por encima del dorso de la mano. La hoja de la espada estaba clavada en el suelo.

"No me arrepiento de ti. Es un poco aburrido".

Incluso con el dorso de la mano destrozado, Lewayne le miró sin expresión alguna. Era abominable y despreciable y, al mismo tiempo, aterrador.

Y es que la persona que tenía delante no parecía el mismo ser humano. Se siente como enfrentarse a un enorme desastre natural, o a una montaña o a una roca.

"Uh, ¿cómo sabías que estaba aquí?"

Preguntó, rechinando los dientes.

Lewayne le ofreció una opción en lugar de una respuesta.

"Tienes dos opciones. La primera es acudir a los guardias de este Imperio y confesar tus pecados. La segunda es continuar aquí conmigo. Es obvio cuál estará a tu favor".