Los Personajes Mas Fuertes Del Mundo Están Obsesionados Conmigo (NOVELA)

Historia Secundaria 23

"Es una muy buena idea".

Hikan, que había sido convocado al Palacio Imperial, estrechó la mano del Emperador y dijo.

"Creo que es la mejor decisión que ha tomado Su Majestad".

"Yo también quiero que ese tipo abandone el palacio rápidamente".

Dalia miró a los dos con pensamientos como: "¿De verdad está bien?", pero Hikan lo aceptó.

Dejó a los dos charlando animadamente y salió.

Cedric, que había estado esperando, sonrió y le tendió la mano. Dalia pareció llorosa por un momento y luego lo abrazó. Cedric sonrió cariñosamente y bromeó.

"Es un regalo inesperado".

"¿De verdad está bien?"

"Sí. Es una pena que no pueda tener tu apellido. Pesteros es un nombre bonito".

Le acarició la nuca y le susurró al oído.

"Si Hikan me molesta, tienes que detenerlo".

"Ah......."

Su rosado futuro pareció momentáneamente marcado por una pelea entre ambos. Pero rápidamente borró ese pensamiento y sonrió.

"Sí. Confía en mí".

Cedric miró a Dalia entre sus brazos.

Aquella hermosa persona era la mayor bendición de su vida.

Había momentos en los que le parecía un milagro imposible que ella lo amara, pero había permanecido a su lado hasta ese momento, reconfortando y tranquilizando su ansiedad.

El anillo de compromiso que le había regalado brillaba en su cuarto dedo. Él llevaba el mismo en la mano.

Era como si este par de anillos fueran el vínculo que unía sus almas a las de Dalia.

Quiero casarme pronto".

Pensando como lo que haría un futuro novio, besó a Dalia en la cabeza.

Es increíble, pero las cosas realmente fueron como dijo el Emperador.

Naturalmente, muchos nobles se opusieron a la decisión. El próximo Emperador se uniría a una familia diferente. La estructura de poder existente podría derrumbarse por completo.

Todos alzaron sus voces, diciendo que era una tontería. Gracias a esto, la sala de audiencias del Emperador se convirtió cada día en un campo de batalla. Incluso Leonard, que escuchó la noticia más tarde, se sorprendió.

"Aún así, esto es un poco......."

Sin embargo, todos los involucrados, excepto Dalia tercamente insistió en esta base.

La oposición, que parecía que no iba a acabar nunca, acabó amainando y, antes de que se dieran cuenta, el día de la boda estaba a la vuelta de la esquina.

Después de mucho tiempo, Lewayne vino a ver a Dalia antes de su boda.

Dalia pensaba echarlo de inmediato si decía algo raro como enseñarle los secretos del amor o insistir en que entrara en el salón de bodas cogido de su mano, pero afortunadamente eso no ocurrió.

"He preparado un pequeño regalo de boda".

"...... No será algo raro otra vez, ¿verdad?".

Lewayne sacudió la cabeza con una sonrisa.

Luego sacó una caja de terciopelo negro del tamaño de la palma de la mano del sirviente que había traído y se la entregó a Dalia.

Ella la abrió con cuidado.