XIII (2)

96 1 0
                                    

05 de Diciembre de 2013.

—¿Estás lista?

—Always Maxwell, always. 

—Iremos a un parque que tiene un rio, es enorme y realmente no hay mucha gente así que, podremos ir tranquilos.

 —¿Quieres que guarde algo más en la cesta?

—Los alfajores.

—¿Cómo puede ser que casi los olvido? 

—¿Dónde tienes la cabeza? No, mejor no me preguntes.

—Que tonto eres. 

Maxi se ríe como siempre, mientras sostiene la cesta con la comida.

—Vamos a pasar primero por la pizzería y luego iremos al parque.

—Genial. Ya cerré todo bien, incluso mi habitación. 

—Genial, iré a buscar la moto. 

Cual liendre pegada al cabello, me sostenía con fuerza de Maxi para no salir volando por las aires o en su defecto no perder la cesta. 

Maxi compró una pizza de jamón y muzzarella, obviamente nuestra favorita. El trayecto era corto, en menos de quince minutos llegamos. 

—Este parque es super lindo. 

—Si, el 50% de las canciones que escribí fueron creadas acá.

—¿En serio? Entonces hay mucha energía rockera por acá. 

—Hay mucha energía de desamor. 

—Ay no, con razón me gustó el lugar. 

Bromeó y Maxi sonríe mientras comienza a sacar las cosas de la canasta. 

La canasta es de un color marrón claro, de un material que desconozco, las manijas lucen fuertes e irrompibles, tal como luce Maxi. 

—¿Qué sucedió? —pregunto.

—Esta enojada porque aún no me mudo con ella.

—¿Por qué no lo haces? 

—No sé, me gusta estar con ustedes. Creo que después de mucho tiempo disfruto de estar viviendo con mis hermanos.

—¿Antes no? Sé que antes no tenían las mejores de las convivencias pero ¿realmente era tan mala?

—Cuando nos establecimos como una banda, oficial, intentamos vivir juntos por un tema de grabaciones, filmaciones, conciertos, como para que fuera un poco más rápido. Empezamos a meternos en un mundo que trae consigo muchas cosas, y ante la mínima debilidad te consume. 

Asiento, se muy bien que es lo que va a decir.

—Conocer a las personas incorrectas y confiar en ellas también te perjudica. Gustavo siempre fue así, siempre nos cuido y nos protegió de todos y de todo, tal y como siempre se lo pidieron nuestros padres. Yo por mi parte, vivía un sueño, era un rockstar y empezaba a tener todo lo que desea. Y bueno, el rubio se nos fue de las manos. 

Ya conocía la versión de Guido, ya conocía la versión de Gusty, solo me faltaba esta. Por alguna razón sabía que ésta iba a ser la peor de las tres. 

—Y digo se nos fue porque no fui un buen hermano, no estuve tan atento a él como debería. Esta chica llegó y lo trastorno, lo encegueció. Guido desde su adolescencia dejo de hacer muchas cosas, dejo de estudiar, de convivir con sus amigos , en parte creo que vio todo eso que no tenía en ella. El salir, el ir a bailar, descubrir cosas nuevas, el amar, el alcohol, las drogas todo. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Vienen por mí (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora