XI

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1 de Octubre de 2013

—Anuncian el disco y nos vamos hacia atrás.

—Si perfecto, se supone que anunciaran el disco ahora. 

Me bajo de la caja acústica en donde estaba sentada y me cómodo la ropa. Escucho las palabras de los chicos anunciando el nuevo disco, también escucho a todo el mundo enloquecer. 

Nerea me hace señas de que se va al camerino de Pato y por mi parte la sigo pero no entro con ella, entro al de al lado.

Bebo un poco de café y me acomodo en los sillones, desde el televisor puedo ver como los chicos están despidiendo a sus fans. Me rio de las caras que siempre pone Máximo al sacarse fotos, y de como Gusty niega con la cabeza al verlo.

Cuando la transmisión se corta me preparo para encontrarme con él. Con un Guido, emocionado, transpirado, cansado pero con muchas ganas de seguir cantando y tocando la guitarra. 

—Déjame huirme en tus besos, ser por siempre tu dueño, ya no tienes que fingir 

Escucho sus voces del otro lado, me levanto con rapidez y me escondo detrás de la puerta.

—Si decides quedarte, solo tienes que amarme... 

—Que forma rara de pedirme casamiento.

Guido se gira buscando mi voz, lo encuentro sonriente.  

—¿Qué haces acá nena? Me vas a matar. 

—Te asuste ¿no? Felicitaciones por el concierto —apretujo sus rostro entre mis manos.

—¿Te gustó?

—Me encantó.

—¿Parte favorita? —pregunta mientras sus manos se aferran a mi cintura.

—Esta es mi parte favorita.

Sus labios golpean los míos y comienzan a jugar entre si, su lengua sin permiso comienza a explorarme. Sus manos se aferran a mi piernas y me sube hasta el mueble. Siento sus labios besando mi rostro y mi cuello, mis piernas se aferran a él sintiéndolo más cerca de mi. Mis manos tiran de su remera, pero se (aún con mi mente nublada) que aquí no puedo quitarle la remera, pronto deberíamos irnos. 

—Creo que esta parte del concierto también es mi favorita ahora. 

Sonrío al escuchar sus palabras, paso mis manos detrás de su cuello y mis dedos comienzan a jugar con su cuello. Guido me abraza con fuerza y no creo haber sentido tanto antes, no de esta manera, nunca.

Lo beso una vez más, sujetando aún su rostro y el aún con sus manos en mi cintura. 

El ruido de la puerta nos interrumpe y nos soltamos con rapidez, visualizo, en medio de mi calentura, la figura de Nerea a centímetros de nosotros. 

—Lo siento —susurró con absoluta sorpresa. —Los chicos los están buscando. 

Guido la miró con ojos suplicantes. Nerea me mira, mejor dicho inspecciona mi cuerpo, entrecierra sus ojos y sale corriendo. 

Ambos nos miramos con culpa, el susto y mi persona son uno solo.

—Tranquila, hablaré con ella. Ve con los chicos. 

Guido besó mi frente y salió del camerino. 

Froto mi rostro y bebo la ultima taza de café que había, acomodo mi ropa y salgo hacia el camerino de Gustavo. 

—Felicitaciones por el concierto Gusty.

Nos abrazamos.

Mi corazón aún está inquieto.

Vienen por mí (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora