capitulo 14

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JIMIN ;

Horas más tarde y está completamente oscuro cuando finalmente escucho  girar la cerradura de la puerta. Cierro el cuaderno en mi
regazo rápidamente, empujando el lápiz en la página y quitándome
las manchas negras de mis manos. Mi borrador cae al suelo y mi estómago gruñe con  fuerza. Estoy hambriento. Creo que parte de su plan es matarme de hambre.
¿Y por qué? ¿Por llevar a nadar a su hija? ¿Qué tan increíblemente ridículo es eso?

El olor de la comida hace que los gruñidos ya fuertes sean más fuertes. La puerta  se abre y una mujer a la que vi antes ayudando en la cocina empuja un
carrito. Está recubierto con un mantel de lino beige, colmado con un plato cubierta  por una cúpula de acero, así como una botella de vino
descorchada, otra de agua y dos juegos de copas, una canasta de pan.

Mi estado de ánimo mejoraría al ver esto, excepto que  Jeon la sigue . Su mirada apenas me roza, pero incluso en ese momento que se digna a mirar en mi dirección, logra mostrar su desaprobación hacia mí. Puede irse a la
mierda. También lo desapruebo.
Se queda allí con las manos en los bolsillos mirando a la mujer preparar la bandej. El olor es aún más tentador una vez que quita la tapa del plato. Presiono
mis brazos contra mi estómago para detener su fuerte ruido ante la vista y el olor
de verduras asadas con hierbas cubiertas con queso derretido y papas.

—Gracias, May —dice Jeon 

cuando termina y la acompaña fuera, cerrando  la puerta detrás de ella y guardando su llavecita. Imbécil.

—No tienes que preocuparte de que intente pasarte corriendo, ¿sabes? —

le digo, inclinándome para recoger el borrador caído y colocándolo en la mesita de noche. No espero una invitación para comer. Pero tengo mucha hambre.

—Es para asegurarse de que nadie entre —

dice con calma

—. Ninguna niña  deambulando por habitaciones en las que no debería deambular. Al menos,
no esta noche.

Mi corazón se cae a mi estómago ante sus palabras. Ante su significado. Me detengo en seco antes de llegar a la mesa....

—Siéntate y come —dice,

levantando la silla de mi escritorio y colocándola  frente a la mesa de la bandeja. Recoge el vino y sirve dos copas.

—Soy menor de edad —

le recuerdo, levantando mi tenedor. Supongo que
es unos diez años mayor que yo. Bebo vino y cerveza, pero no me excedo
principalmente porque no me encanta. Sin embargo, con él, siento que necesito
mantener mis ideas claras.

—Te doy permiso, como tu guardián —

dice con una sonrisa a medida que levanta la otra copa en un brindis fingido y bebe.
Jódete . Jeon
.
Lo pienso, pero no lo digo. Aunque, debería. Lon haría pero me  amenazó antes Simplemente no creo que lo hiciera. Tiene una hija. No puede ser tan monstruoso

Pero tal vez esa es mi estupidez hablando. Y mejor prevenir que lamentar.

—jimin  eres muy fácil de leer —

dice con la misma sonrisa

—. Casi puedo  oír el jódete que me estás dirigiendo en tu cabeza.

—¿Yo? No. No soñaría con romper uno de tus mandamientos sagrados, oh gran  señor. —

Tomo mi copa y bebo un poco. Sabe bien, un tinto profundo y rico.

—Me gusta el señor. Mucho.Mas que el
Jódete. Jódete. Muérete. Jódete.

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