capitulo 13

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JEON ;

Qué carajo estabas pensando?

Jimin se sobresalta, deteniéndose en seco
cuando sale de su baño aferrando una toalla con una
mano.

Me duché y me puse jeans con una camiseta después de asegurarme de que Hae  estaba bien. Desde entonces he estado dando vueltas aquí.

Observo a jimin  evaluándolo a medida que aprieta la toalla con más fuerza,
su cabello húmedo pegado  a su rostro . Veo el esfuerzo que le
toma no volver corriendo al baño para escapar de mi ira.

Verlos ahí afuera cuando llegué a casa, ver a Hae  tirada en la piscina así maldita sea, casi se me sale el corazón.

—Ella no puede nadar —

le digo a jimin

—. ¡Tiene cinco años!
Nos estábamos divirtiendo. Estaba allí. No la dejé fuera de mi vista. ¡No
la solté ni una sola vez!

Avanzo furioso directamente hacia el , alcanzándolo en lo que parece ser nuestra  postura natural: su espalda presionada contra una pared, yo elevándome
sobre el. Evoca una imagen similar a algunas de las imágenes de los cuentos de hadas de Hae . La Bella y la Bestia. Me doy cuenta de lo poco halagador
que es para mí, pero no me importa.

Aprieto mis manos, luego las flexiono y finalmente las meto en mis bolsillos para evitar envolverlas alrededor de su cuello. Estoy tan enojado. Tan
jodidamente enojado que no sé qué haría de otra manera.

—¿Quién te dio permiso para salir? Te dije…

—¿Qué, eso también es un mandamiento? ¿Deberíamos agregarlo a tu
lista después de no jurarás?

Mis manos se vuelven puños en mis bolsillos y un gruñido sale del interior de  mi pecho.

El lo escucha y cierra la boca, inclinándose un poco más lejos de mí,
aunque no hay adónde ir.

Cuento hasta diez.

—¿Quién te dio permiso para llevar a mi hija a la piscina?

—Nadie —

responde

—. Simplemente… tu madre me pidió que la cuidara

comienza, con una voz cada vez más ansiosa a medida que continúa

—. ¡Hacía tanto  calor, y ella no tiene permitido entrar en el bosque, incluso con tus mil
guardias y tu muro impenetrable!

Esta parte suena como una especie de acusación

—Y entiendo eso si está sola, ¡pero ni siquiera iría conmigo porque
no la dejas!

—Le tiene miedo al agua.

—Porque no sabe nadar. No conozco a muchos niños de cinco años que lo
hagan, ¡pero conozco aún menos a los que tienen más miedo que ganas de
arrojarse a una piscina! La tienes asustada de su propia sombra…

Mi mano derecha se cierra alrededor de su garganta. Ni siquiera es algo
consciente.

—Y lo sabes después de pasar unas horas con ella. Es mi hija. ¡Mía!
Ha ido demasiado lejos. Lo sabe.

—Solo estábamos flotando. Jugando —

dice, con ambas manos alrededor
de mi antebrazo, su toalla cayendo al suelo.

Lo observo, desnudo, vulnerable. A mi merced. Aflojo mi agarre en su cuello
.
—Estuvo a salvo todo el tiempo. Se estaba divirtiendo. —

El blanco de sus
ojos se ve rosado, la piel alrededor de ellos está húmeda. Cuando la suelto del
cuello, se da cuenta de que perdió la toalla y se cubre con los brazos

—. ¡Hasta que  decidiste saltar completamente vestido y enviarnos bajo ese tsunami! ¿Por
qué harías eso?

Se limpia las lágrimas con el dorso de una mano y creo que son lágrimas
de frustración e ira, incluso si comenzaron como miedo.
Tiene al menos un poco de razón, pero maldita sea, no tiene derecho a tenerla . No tiene derecho a decir estas cosas.

—jimin , no nos conoces. No sabes nada de nosotros.

—Y aquí estoy, inmersa en tu familia. No pedí esto.

Empujo mi mano en mi cabello y me alejo.

—¿Qué creías que estaba haciendo? —

pregunta, ahora sonando
indignado.
Cuando me vuelvo hacia el, lo encuentro aferrando esa toalla una vez más

—¿Qué podrías pensar que le haría a tu pequeña? ¿A cualquier niño?

—Eres un PARK  —

espeto y me dirijo a la puerta. Necesito estar lejos de El

—¡Y tú eres un imbecil ! —

—. ¿Creíste que dejaría que le pasara algo?
¿Creíste que lastimaría a una niña porque soy un PARK ? ¡Nunca he oído nada más  jodido que eso, Jeon !

Giro para enfrentarlo, y se tambalea hacia atrás.

—Sé de lo que son capaces los Park  Lo he visto con mis propios ojos.

Mi voz es brusca, las palabras sonando extrañas, pero el se estremece, y ni
siquiera sabe su significado.

—No la lastimaría. ¿Qué diablos te pasa  crees que podría hacerlo?

pregunta más tranquilo.
Cierro mi mano sobre el brazalete demasiado pequeño en mi brazo. El de Suni  Y recuerdo ese día. Recuerdo el sonido del arma. La mirada en su rostro  cuando fue arrojada a mis brazos. Recuerdo el peso de su cuerpo flácido
allí.
Me obligo a recordarlo. Y miro a jimin   delante de mí. Y me recuerdo por que  está aquí. De lo que es capaz. De lo que todos son capaces.

Debe sentir la agresión creciendo dentro de mí porque da dos pasos hacia atrás  con los ojos totalmente abiertos fijos en mí. Está listo para hacer su
movimiento cuando yo haga el mío. Pero no hago ningún movimiento. No hacia
el. Necesito alejarme de aquí. Lejos de el. Antes de que haga más daño del que  pretendo.
Me giro nuevamente hacia la puerta, sacando mi llave mientras lo hago.
Cuando la abro y salgo al pasillo, corre hacia el.

—¡Espera!

Me detengo, llave en mano, la puerta apenas abierta unos centímetros.

—¿Está bien? —

pregunta, sorprendiéndome. Pensé que me rogaría que
no lo encerrara. Pensé que alegaría su inocencia—.

—Al menos dime que está bien.

—No es asunto tuyo —

le digo y antes de que pueda decir algo más, cierro
la puerta y la bloqueo, ..guardándome la llave en el bolsillo.....


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