capitulo 19

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JIMIN;

Despierto con el canto de los pájaros afuera. Es un sonido que es
familiar. Hay un nido de pajaros en uno de los árboles junto a mi
ventana y me encanta escucharlos a primera hora de la mañana.
Aunque no estoy en mi habitación ni estoy en mi cama. Lo sé por la luz incluso a través de mis ojos cerrados. Lo sé por el olor. Y cuando recuerdo dónde
estoy, me enderezo con un grito ahogado y me arrepiento al instante.

-Ah. ¡Mierda! -

Toco la parte posterior de mi cabeza con cautela,
siseando cuando mis dedos rozan el bulto tierno.

-¿Dolor de cabeza?

Mi mirada se dirige a él. Jeon . Está de pie contra la pared,
apoyando todo su peso en ella, una mano en el bolsillo, una taza de café que puedo oler desde aquí en la otra. Lleva puesto un traje, negro como su alma, su
cabello oscuro aún mojado por la ducha, observándome. Solo observándome.
Y recuerdo la noche anterior.
Lo recuerdo entrando en mi habitación a Dios sabe a qué hora de la noche.

Llevándome a esa capilla, al cementerio para mostrarme la tumba olvidada de
mi antepasada. Contándome la fea historia de los Park y .jeon Y jugar ese juego estúpido de encontrar el pozo donde probablemente habían arrojado el
cuerpo de Nellie después de que la asesinaran. Recuerdo la oscuridad del bosque el frío de la lluvia. Y luego cayendo.

-Maldito bastardo.

Él asiente como en acuerdo y toma un sorbo de su café.

-La aspirina está ahí. Con agua. Tampoco envenenado.

Siento el bulto en la parte posterior de mi cabeza.

-Necesito un médico. Podría tener una conmoción cerebral.

-No tienes una conmoción cerebral. Apenas está hinchado.

-¡Idiota, podría haber muerto

-jimin , morir es un poco exagerado. -

Termina su café y se empuja de
la pared para venir hacia mí

-. Déjeme ver. -

Se sienta en el borde de la cama.
Tengo un vago recuerdo extraño de que esto haya sucedido antes, excepto que
la última vez estaba desnudo de cintura para arriba y mis manos estaban sobre
él. Sintiendo la hinchazón de los músculos bajo su piel cálida.
Cierro los ojos y me obligo a alejar la imagen de él semidesnudo con ese dragón tatuado alrededor de sus brazos y hombros.

-No me toques -

espeto, golpeando su brazo y alejándome, pero eso me
cuesta

-. Duele. Mierda.

-Toma. -

Levanta la aspirina y el vaso de agua.
Los miro, después a él.

-La botella está justo ahí. Solo son aspirinas.

Miro hacia la mesita de noche donde veo la botella. Extiendo la mano y se
las quito, me las meto en la boca y las trago con un poco de agua.

-Bébetela toda. Es bueno para ti.

-Anoche casi me matas. ¿Ahora quieres que crea que te importa lo que es bueno para mí?

-Ningún casi te mato. Estás bien.

Bebo el agua, pero no porque él me lo diga. Solo tengo mucha sed.
Cuando termino, toma el vaso y lo deja a un lado, luego acuna mi mandíbula. Su toque no es tan duro como la última vez que lo hizo. Está siendo cuidadoso. ¿Es culpa ?

Gira mi cabeza y siento sus dedos cerca del lugar que actualmente palpita,
pero es delicado cuando lo toca.

-La hinchazón no ha empeorado, pero si fuera tú la dejaría en paz.

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