capitulo 34

166 33 0
                                    


JIMIN;

No me sorprende que a la mañana siguiente me levante dolorido por
todas partes. Tengo cuidado de no rodar sobre mi espalda, por
miedo a que esté sensible, pero cuando me siento, hago una mueca
de dolor, sensible en otros lugares más íntimos.

Jeon se ha ido. Su almohada está fría. Y en la mesita de noche hay una nota , breve y directa, en la que me dice que espera que me sienta mejor, que
hablaremos del sueño más tarde y que no me duche para no mojar el tatuaje todavía

Pongo los ojos en blanco. No voy a hablar de esa pesadilla con él. No
hablaré de Christian con él. Ni de esa noche. Nunca.
Pero entonces recuerdo cómo me abrazó. Lo gentil que fue cuando arañé lastimando su pecho. Pero quizá se lo merecía, teniendo en cuenta lo que ha hecho en mi piel.

Me levanto y entro en el baño para mirar la marca. De espaldas al espejo,
estiro el cuello para ver el reflejo y jadeo. El colorido tatuaje se extiende a lo larg de mi columna. Es estrecho y más delgado que el de su espalda. De algún
modo, es más femenino. Y aunque todavía no puedo estudiar los detalles, es hermoso. Eso lo puedo ver. Todavía está cubierto con el plástico, así que lo dejo
así, me envuelvo con una toalla y vuelvo al dormitorio para ir a mi propia
habitación.

Utilizo la puerta contigua, ya que solo llevo puesto esta toalla. No
necesito que Hae  me descubra dando mi paseo de la vergüenza.

Pero mi mirada encuentra las sábanas y la manta que alguna vez fueron blancas  cubriendo la cama. Jadeo. Están manchadas con mi sangre, por no
hablar de las otras cosas. Al verlas, me siento pegajoso entre las piernas y me
apresuro a quitar las sábanas de la cama. Justo cuando lo estoy haciendo una bola

llaman a la puerta antes de que se abra. El ama de llaves que había
conocido la otra mañana sonríe después de sorprenderse por encontrarme aquí.

—Buenos días, señorita —dice

y desplaza su mirada hacia lo que estoy haciendo

—Buenos días, Catterin  ¿verdad? digo, dejando las sábanas e
intentando quedarme allí como si no me hubieran atrapado en el acto de tratar
de ocultar mi vergüenza de la noche anterior.

—Así es. Y no tienes que preocuparte por eso. Yo me encargaré de la
limpieza. Tú también déjame tus cosas a mí, ¿de acuerdo?

Ni siquiera había pensado en lavar la ropa. Las tareas cotidianas de la vida.

—Um, de acuerdo. Gracias. ¿Está… Jeon  en casa?

—No, señorita. Se fue hace unas horas.

—De acuerdo. Gracias. Y por favor, llámame jimin
Ella sonríe dulcemente.

—De acuerdo, jimin .

—Iré a vestirme —digo

con torpeza y me dirijo rápidamente a mi propia
habitación, sintiendo mi rostro arder al pensar en lo que encontrará cuando
desenrolle esas sábanas.
De vuelta a mi habitación, me aseo con cuidado sin mojar el tatuaje. Luego me visto con unos pantalones cortos y una blusa holgada que oculte el tatuaje,
pero no lo irrite. Al salir del baño, escucho el zumbido de mi teléfono. Me apresuró a ir a donde lo tengo escondido debajo de la almohada. Está silenciado,
pero el zumbido es suficiente para alertarme y, cuando veo quién es, contesto
rápidamente.

—¿Hola? ¿Jenny ?

—Bello durmiente. Llevo horas llamándote.

Compruebo la hora. Es casi mediodía. Nunca duermo hasta tarde, pero la
noche anterior me pasó factura en muchos sentidos.

—Fue una larga noche —digo, sentándome en el borde de la cama.

—Seguro que sí.

—No de esa manera. Me refiero a todo el asunto.

YOU ARE MY REDEMPTION!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora