capitulo 1

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JIMIN ;

Un baile de máscaras. ¿Qué puede ser más hermoso? ¿Más perfecto?
Especialmente uno organizado por La Sociedad.
Los ramos de flores se extienden por las mesas con la mejor
vajilla. Los camareros sirven champán en copas de cristal y una orquesta de ocho
músicos toca un vals bajo el deslumbrante brillo de una docena de lámparas de araña
Es la fantasía de todo chico..
Todas las personas emocionadas menos yo.
Me mantengo en las sombras y observo a los bailarines. Hombres y mujeres se mueven juntos como si lo hubieran practicado toda la vida. Me
pregunto si son invitados o bailarines profesionales contratados por La Sociedad
para aumentar el ambiente. No me sorprendería que fuera esto último, porque
estoy bastante seguro de que no me parezco a ellos cuando bailo con la fila de
hombres que mi hermano, Minho , organizó para mí.
Me estremezco al pensar en mi última pareja de baile. Un hombre lo suficientemente viejo como para ser mi abuelo.
Una brisa entra en el gran salón de baile barroco cuando alguien abre una
ventana a unos metros de mí. La lluvia ha disminuido hasta convertirse en una
llovizna y la sala está húmeda, incluso con el aire acondicionado a tope.despues de echar un vistazo rápido para confirmar que Minho no está mirando ,bebo lo último de mi champán y dejo la copa vacía en una mesa
cercana. Me deslizo silenciosamente hacia la salida y salgo por las puertas
dobles francesas que permanecen abiertas, a pesar de la humedad de la noche.
En el patio, se han levantado pequeñas carpas para proteger a los
invitados de la lluvia. Están decoradas con farolillos cálidos y demasiadas flores
para contarlas. Hombres y mujeres se reúnen bajo las carpas bebiendo, fumando
sus cigarrillos y riendo demasiado fuerte.todo el mundo se gira para mirarme al pasar. Es el traje .

con su pantalón negro ajustado con una blusa transparente negra a   la cintura ceñida con cadenas en mi cuerpo con mi torzo  la vista

La elección de Minho . Mostraba todos mis mejores atributos
aparentemente. Al menos la máscara, que comparo con una cota de malla, sólo
deja a la vista mis ojos.y mis labios
La máscara es bonita con sus delicadas cadenas de oro y las monedas que
rozan mis hombros a cada paso. Y ofrece cierta protección contra los ojos
curiosos. Podría prescindir del traje demasiado revelador.
Decidiendo arriesgarme a la llovizna que probablemente hará que la bluza se apegue más a mi cuerpo  de mi traje se humedezcan, me apresuro a ir a la pequeña capilla del
otro lado del patio. No habrá nadie. Lo sé con certeza. Los miembros de La sociedad pueden profesar ser religiosos, pero por lo que he visto, se limitan a cumplir con las normas. Se presentan con sus mejores galas del domingo, cada
uno superando al otro, al menos en lo que respecta a la moda.
La puerta de madera es pesada. Se abre con un chirrido que me permite entrar , La cierro tras de mí y respiro aliviado ante la vista y el olor familiar. Echo
de menos el incienso cuando estoy demasiado tiempo fuera y Minho no es de los que van a la iglesia.
Me gusta especialmente esta capilla en particular. Me gusta desde que era
pequeño y mi madre me llevaba con ella cuando limpiaba el recinto. Todavía
recuerdo que me sentaba en el primer banco, con las piernas demasiado cortas
para que mis pies tocaran el suelo. Recuerdo cómo me sentía en casa cuando me sentaba aquí para esperarla mientras hacía su trabajo.me dirijo ahora a ese banco, observando las sombras habituales del lugar.
La única luz proviene de las velas encendidas a lo largo de los huecos de las paredes y de las del altar. Cuando llego al centro del pasillo, inclino la cabeza,
hago la señal de la cruz y tomo asiento.
Es el mismo asiento que siempre tomo cuando puedo llegar. Justo en la primera fila, como si Dios pudiera verme mejor por ello. No es que pida nada. Lo
sé mejor que eso. Ni siquiera rezo. Simplemente cierro los ojos y siento el silencio aquí. La ausencia absoluta de sonido.
Es mejor que cualquier baile de máscaras. Mejor que los bailes con cien hombres mientras Minho negocia una unión que beneficiará a la familia. No
creo que se le haya pasado por la cabeza lo que quiero. No creo que haya
considerado el hecho de que mientras puede beneficiar a su-nuestra-familia, ya
me ha sacado del camino que me había fijado hace años.
Pero no puedo detenerme. No ahora. Necesito un respiro y esta capilla,
estos momentos robados, lo son.
Entonces, abro los ojos y levanto la mirada hacia el altar. Una de las velas Que suele estar encendida se ha apagado. Me pregunto si lo hice al entrar. Me levanto para volver a encenderla....
Un crujido en la parte trasera de la capilla me sobresalta. Jadeo y me doy la vuelta. Está más oscuro allí, justo Casi negro como El carbón. Me asomo a las sombras, pero no veo ningún movimiento ni oigo
ningún otro sonido.

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