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POV Natasha

Me encuentro sentada frente a mi escritorio leyendo un libro cuando de la nada Wanda entra abruptamente. Me asusto e instantáneamente pongo mi mano en mi pecho.

—Dios! Me vas a matar, Wanda — Le digo sonriendo, que linda se ve.

—Buenos días, Maestra Romanoff —Me dice pronunciando mi nombre de una manera seductora —¿Como amaneció hoy? A demás de hermosa, claro —Sonríe mirando mis labios, me sonrojo por el cumplido. Que está pasando aquí.

—Gracias —Digo y ella se acerca a mi escritorio.

—¿Le han dicho que es preciosa? —Dios! De seguro estoy peor que un tomate. ¿De donde salió esta Wanda coqueta y seductora? No lo sé, pero lo que sí se es que me gusta ¿Y por que carajos me gusta? Natasha contrólate, ella es tu estudiante.

—Wanda ¿Te sientes bien? —Me pongo de pie para rodear el escritorio y quedar frente a ella para así poder tocar su frente —No estás caliente —digo después de tocar su frente.

—Creo que si lo estoy —Dice mordiendo su labio inferior. Santo cielo, necesito que lo vuela a hacer.

De repente toma mi cintura acercándome a ella y pegándome al escritorio casi haciendo que me siente sobre el. Su agarre es fuerte y decidido.

—Wanda —Me sorprendo y ella me hace callar poniendo su dedo índice sobre mis labios. Puedo sentir su respiración fusionarse con la mía.

Sin previo aviso ella pega sus labios a los míos, por un momento me quedo tiesa pero al pasar unos segundos correspondo a su beso, sus labios son suaves y encajan a la perfección con los míos, su beso desciende por mi cuello hasta llegar al valle de mis senos.

—Wanda —Jadeó al sentir su rodilla contra mi entrepierna.

La siento tocar mis piernas sobre mi falda mientras besa mi pecho y yo me aferro a su nuca. Escuchamos la puerta abrirse y yo despierto.

Despierto con la respiración entrecortada y sudando, Fue un sueño, Fue un maldito sueño. Mientras mi respiración vuelve a la normalidad no dejó de pensar en ese estúpido sueño. Maldición, me siento excitada. Tendré que tomar un largo baño con agua fría. ¿Baño?¿No debería estar bañanda ya? ¿Que hora es? Veo el reloj ¡CARAJO ES SUPER TARDE! ¡LAS OCHO Y TREINTA!

Me levanto apresurada y en menos de veinte minutos ya me encuentro encendiendo el motor del auto. Mierda mierda y más mierda ¿Que putas pasó con mi alarma? ¿Acaso Steve no pudo despertarme? ¿Qué le costaba?

Llego a la universidad a las nueve, solo perdí mi primera clase. Entro a mi aula para esperar a los estudiantes y la primera en entrar es Wanda.

Apenas la veo me sonrojo y de inmediato bajo la mirada al piso, ¿Y como no hacerlo? Soñé que casi teníamos sexo, por que soñé eso, por que con ella, por que ayer sentía una tensión extraña entre nosotras.

—Buenos días, Maestra. —Dice ella, levanto la mirada para verla y cuando la veo no puedo evitar perderme en sus ojos. Tiene unos hermosos ojos verde claro, observo cada detalle de su rostro, sus pestañas largas, sus cejas, su pequeña y hermosa nariz, sus pecas, su cabello castaño y largo, sus labios largos y delgados se ven rosados y suavecitos —Maestra, buenos días —repite sacándome de mi ensoñación.

—B-Buenos días, Wanda —le digo cuando por fin salgo de mi trance.

—¿Se encuentra bien? —dice acercándose a mi escritorio.

—Si, no te preocupes —Le sonrío ligeramente.

—Le traje un café —Sonríe estirándolo para que lo agarre —Esta caliente y con una sola cucharada de azúcar, como le gusta —Ni siquiera me fijé que traía uno.

—Gracias, Wanda. Enserio eres un ángel —Agarro el café y tomo un sorbo, tal y como me gusta —Era lo que necesitaba —Digo cerrando los ojos y saboreandolo.

—¿Donde estaba? Vine temprano y la busqué pero no la encontré por ningún lado.

—Acabo de venir, me desperté hace menos de treinta minutos —Tomó otro sorbo.

—Así que le paso las mías —Se burla y yo volteo los ojos.

—La estúpida alarma no sonó y desperté a las ocho y media —Suelta una carcajada y hace que me contagie.

Hablamos un rato más de cosas triviales, riendo, hasta que todos los estudiantes entraron y tuve que comenzar la clase.

Puse los ejercicios en la pizarra y me siento en mi silla para continuar con mi lectura pero mis pensamientos no me dejan, solo puedo pensar en ese sueño, la manera en que Wanda me besaba, su agarre en mi cintura, se sentía tan real. Siento una mirada en mi y levanto la vista y veo a Wanda mirándome, tiene un hermoso brillo en sus ojos, se da cuenta que la estoy viendo y se sonroja, le sonrió y me sonríe de vuelta. Toda la clase pasó con miradas, sonrojos y sonrisas entre las dos. Termina la clase y los chicos salen todos amontonados.

—Wanda —La llamo, Steve no estará hoy y quizás ella quisiera ir a mi casa. —¿Podrías venir un momento? —Ella se acerca y sonríe.

—Emm Estas- Hoy- ¿Tienes algo que hacer hoy? —Digo finalmente, por que me puse nerviosa.

—¿Por qué?

—Me preguntaba si quieres ir a mi casa hoy, ya sabes, cómo ayer —Sonrió nerviosa.

—Oh, estaré ocupada hoy, lo siento no puedo —Responde seria.

—¿En serio? —Digo con desilusión.

—No —Se ríe —Si puedo, era mentira —se burla y yo sonrió nuevamente —¿A que hora quiere que llegue?

—Pues podríamos salir de aquí juntas, si tú quieres.

—Si quiero —Asiente —Entonces la buscaré en el estacionamiento en la hora de salida.

—Está bien.

—Nos vemos, Maestra Romanoff.

—Adiós, Wanda.

La veo irse y cerrar la puerta tras ella. Me gusta la compañía de Wanda, ella es espontánea y graciosa ¿Que le haré de almuerzo?¿Le gustará la pasta?

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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Dear teacher RomanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora