Si tú supieras |Richard Rios|

Prologo

En las montañas verdes de Vegachí, donde la vida transcurría lentamente, los sueños de un futuro prometedor parecían lejanos para los habitantes de este pequeño rincón de Antioquia. Sin embargo, en medio de esa cotidianidad, dos almas crecían unidas por algo más grande que el simple paso del tiempo.

Richard Ríos y Sofía Arango se conocieron antes de poder pronunciar sus propios nombres. Sus familias, arraigadas en la comunidad, compartían mucho más que el terreno fértil de la región; compartían una amistad que parecía haber sido heredada de generación en generación. Desde pequeños, Richard y Sofía corrían descalzos por las mismas calles de tierra, perseguían los mismos sueños bajo el mismo cielo de un azul profundo, y reían con la misma inocencia que define a la infancia.

Pero, como todo en la vida, ellos también cambiaron. Mientras Richard veía cómo sus destrezas con el balón lo llevaban a escenarios que nunca imaginó, Sofía permanecía fiel al hogar, siempre cerca de la tierra que los vio crecer. A pesar de los kilómetros que los separaban cuando Richard comenzaba a triunfar, Sofía nunca dejó de verlo como el niño risueño que compartía tardes interminables con ella. Para Sofía, él no era el futbolista que el mundo admiraba, sino el joven de Vegachí con quien había compartido su vida entera.

A lo largo de los años, su relación pasó por alegrías y desafíos, pero siempre permaneció firme. Sin embargo, el éxito de Richard, el nuevo ritmo de vida y las decisiones que ambos tendrían que tomar pondrían a prueba ese vínculo irrompible que habían forjado.

Este no es solo un relato de amor y nostalgia. Es una historia sobre el poder de las raíces, sobre los sueños que nos empujan a seguir adelante, y sobre los momentos en los que el corazón debe decidir si quedarse en el pasado o enfrentar el futuro.

Porque, si tú supieras lo que de verdad ocurre en el fondo de esos corazones, quizás entenderías que no siempre basta con el amor y la amistad para mantener dos almas juntas.