Entre la herida y el perdón

93 12 0
                                    

Sofía 💖

El 20 de octubre de 2024, el día amaneció con una mezcla de incertidumbre y esperanza. La noche anterior había sido difícil; cada recuerdo con Richard pasaba por mi mente como una película interminable. No podía evitar pensar en todo lo que habíamos construido juntos durante estos diez años. Pero también estaba el dolor de la traición, de ver esas fotos de él con Natalia, de sentir que me había fallado de la manera más profunda. Sin embargo, una parte de mí quería darle una oportunidad de explicarse, de salvar lo que teníamos.

Respiré hondo antes de enviarle un mensaje a Richard, solo tres palabras: "Necesito hablar contigo." La respuesta no tardó en llegar.

"Dime dónde y cuándo, estaré ahí."

Nos encontramos en un pequeño café cerca del apartamento. Era un lugar discreto, donde no tendríamos que preocuparnos por miradas indiscretas. Cuando lo vi llegar, sentí un nudo en la garganta. Richard parecía cansado, sus ojos mostraban una mezcla de arrepentimiento y tristeza. No era el hombre seguro y sonriente al que estaba acostumbrada. Era un reflejo de lo que habíamos pasado en estos últimos días.

Tomó asiento frente a mí, y durante unos segundos, el silencio fue lo único que nos rodeó. Finalmente, fue él quien rompió la tensión.

-Sofía, sé que no hay excusas para lo que viste. Quiero que sepas que jamás quise herirte de esta manera. Lo que pasó con Natalia fue un error, un momento de confusión y debilidad... pero no significa nada. Tú eres la única que amo, y no puedo imaginar mi vida sin ti.

Sus palabras parecían sinceras, pero el dolor aún estaba muy fresco. Sentí que mi voz temblaba mientras respondía.

-Richard, no sé si puedo creer en ti. Las fotos... tú estabas con ella, y yo... me dijiste que estarías con el equipo. ¿Cómo puedo confiar en ti después de esto?

Él bajó la mirada, visiblemente afectado. Sus manos se movían nerviosamente sobre la mesa, como si buscara las palabras correctas.

-Lo sé, y no tengo justificación para lo que hice. Me dejé llevar por un momento de debilidad, pero te juro que nunca hubo un sentimiento verdadero hacia Natalia. Fue un error del cual me arrepiento profundamente. Tú eres mi vida, Sofía. Hemos pasado tanto juntos... por favor, dame la oportunidad de demostrarte que puedo ser mejor.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. No sabía si eran de tristeza, de rabia o de nostalgia por lo que alguna vez fuimos. Lo miré fijamente, tratando de encontrar en sus ojos la sinceridad que solía conocer.

-Richard, siempre te he apoyado en todo. He estado contigo en tus mejores y peores momentos. Siempre confié en ti, pero esto... esto me hizo cuestionar si alguna vez me valoraste realmente.

-¡Te valoro! -respondió rápidamente, con una urgencia casi desesperada-. No sabes cuánto te necesito, cuánto lamento todo esto. Si pudiera regresar el tiempo, lo haría sin dudarlo. Sofía, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para arreglar esto, para recuperarte.

Su voz temblaba, y por un momento, pude ver al Richard con el que me enamoré, al hombre que me hacía sentir segura y amada. Tomé un sorbo de mi café, tratando de ganar tiempo para pensar. ¿Valía la pena darle otra oportunidad? ¿Podía volver a confiar en él?

-Esto no va a ser fácil -dije finalmente, con un tono serio-. Si decidimos intentar salvar nuestra relación, habrá reglas. No quiero que Natalia vuelva a estar en nuestras vidas, y necesito que me demuestres, día a día, que puedo confiar en ti. Si en algún momento siento que vuelves a fallar, Richard, no habrá vuelta atrás.

Él asintió rápidamente, casi como si hubiera estado esperando esa respuesta.

-Haré todo lo que me pidas, Sofía. Ella ya no significa nada, nunca lo hizo. Tú eres lo más importante para mí, y voy a demostrarte que puedo ser el hombre que mereces.

Hice una pausa, tratando de asimilar lo que acababa de decir. Sabía que estaba arriesgándome al darle esta oportunidad, pero también sabía que no podía dejar ir nuestra historia sin pelear por ella. Tomé su mano, sintiendo la calidez de su piel, pero también el peso de la decisión que acababa de tomar.

-Te voy a dar esta oportunidad, Richard. Pero no quiero más mentiras. A partir de ahora, todo será diferente.

Richard se acercó un poco más, con una mirada de gratitud que me conmovió.

-Te lo prometo, Sofía. No te voy a decepcionar.

Y así, salimos del café con una sensación mixta de esperanza y duda. Habíamos decidido luchar por lo que teníamos, aunque el camino para reconstruir la confianza sería largo y difícil. Aún sentía que la herida estaba abierta, pero por primera vez en días, algo en mi interior me decía que tal vez, solo tal vez, podríamos encontrar el camino de regreso el uno hacia el otro.

Si tú supieras |Richard Rios|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora