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─ En los albores de la creación, el Paraíso fué testigo de una hermosa amistad inquebrantable entre _____, el Arcángel de la Paz, y Lucifer, el más brillante de la creación. Ambos habían crecido juntos y desde tiempos inmemoriales, camin...
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Mientras las risas llenaban el comedor y los residentes del Hotel del Infierno celebraban la llegada de la madre de Charlie, Husk se limitó a rodar los ojos desde su rincón, sostenía su copa con una garra, observando con su característico desdén, y no, no es que le desagradara el ambiente, simplemente no podía entender del todo la emoción que invadía a todos, por lo que mientras tomaba un largo sorbo de su bebida, murmuró: ── Esto no va a terminar bien... ──
En cambio, por otro lado, Charlie estaba más que radiante, su mirada no podía apartarse de su madre, mientras ella aún hablaba un poco tímidamente con los demás, pero de manera inigualable, el brillo en los ojos de la princesa del infierno era inconfundible: era un día que había soñado durante años, el día en que su familia estaría completa otra vez, aunque ahora faltaba su papá, ¿Como reaccionarían ambos al verse el uno al otro?. Angel Dust, por su parte, no podía mantenerse callado mucho tiempo, y mientras levantaba su copa nuevamente, con una sonrisa descarada en su rostro, interrumpió la conversación:
── ¡Ya va siendo hora de que nos cuentes algo jugoso, cariño! ¡Vamos, tienes que tener alguna historia escandalosa de cuando estabas en el Cielo! Yo sé que no todos allá son tan santos como parecen. ──
Vaggie le lanzó una mirada fulminante, dándole una patada suave por debajo de la mesa para que se calmara, pero Angel sólo rió.
── ¡Oh, vamos! ¿No están curiosos? Yo al menos quiero saber si Charlie sacó algo de su madre, aparte de su dulzura, claro. ──
Charlie se ruborizó de inmediato, pero no pudo evitar reír junto con todos los demás, su madre, sin embargo, se veía un poco incómoda ante la súbita atención, y tras un momento de duda, decidió seguir el juego, aunque manteniendo su elegancia celestial.
── Bueno, no puedo decir que en el Cielo las cosas sean siempre tan pacíficas como todos creen... ── Dijo con una sonrisa suave, que tenía un ligero toque de nostalgia. ── Había ciertos...desacuerdos, incluso entre los arcángeles, pero supongo que siempre quise creer que todo podía solucionarse con el tiempo y el amor. ──
Alastor, quien había estado escuchando en silencio, intervino con una carcajada que resonó por todo el comedor, una risa que, aunque alegre, siempre mantenía ese aire siniestro.
── ¡Ah, querida, qué dulce perspectiva! Pero si me permites un consejo, el tiempo no suele ser amable ni con los corazones, ni con las promesas, creo que lo sabes muy bien ¿No es así?. El infierno está lleno de almas que creyeron que podían desafiar las leyes del destino... y todos sabemos cómo terminó eso. ──
Las palabras del demonio de la radio, ocasionaron que la atmósfera cambiara por un momento, y se tornara un poco más tensa, aquel comentario de tenía una verdad que golpeaba de cerca, no solo para ____ sino para Charlie, quien había pasado gran parte de su vida intentando cambiar el rumbo del Infierno, soñando con redimir las almas condenadas. Charlie frunció ligeramente el ceño, pero antes de que pudiera responder, su madre tomó la palabra, mirando a Alastor con una calma que no se esperaba.
