1. Dirty Talk

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Pato no estaba preparado para decirle adiós a Alex, realmente no era un adiós, pero no quería que se fuera de su lado, no lo quería fuera del equipo.

Pero ya había llegado el día, y lo peor de todo es que ni siquiera podía estar en el mismo país que él porque tenia pruebas en F1.

Había intentado fingir que estaba enfermo para no ir, pero Alex lo descubrió en seguida, empacó sus cosas y lo mando a Inglaterra.

Lo había odiado, las primeras horas de vuelo, y luego lo había hecho sentir mal, para finalmente hacerlo sentir triste.

Y ahí estaba Pato, acostado sobre su cama, mirando al techo, odiando estar a miles de kilómetros del hombre que iba a perder.

El sonido de su teléfono interrumpió el silencio, y se molesto un poco, porque interrumpía su pequeño, pero importante, momento de autocompasión, agradeció momentaneamente cuando el silencio regresó, pero eso solo duro un segundo antes de escuchar nuevamente el ruido.

Resopló molesto y tomo su teléfono para apagarlo cuando vio el nombre en su pantalla.

Alex.

No perdió un segundo en responder.

– ¿Alex?

Hola mi hermoso muchacho – Pato se estremeció al escuchar la voz a través de la bocina. Incluso a kilómetros de distancia podía provocar esas reacciones en él. – ¿Estás en tu habitación?

Pato mordió su labio y asintió.

Palabras, bonito, palabras.

– S-sí, estoy en mi habitación – la risa que escuchó del otro lado hizo que el mayor se riera.

Solo un par de palabras y ya estás tan nervioso como siempre, dime algo mi hermoso muchacho, ¿Estás solo? – el corazón de Pato comenzó a acelerarse, sabía a donde se dirigía esto, y la idea lo volvía loco.

– Sí.

Bien, portándote bien, como deberías, estás en la cama, acostado, a salvo y a punto de descansar, ¿No es así? – Pato se estremeció, no podía mentirle a Alex, nunca había podido, pero más que eso, nunca se había atrevido, sobre todo porque no quería hacerlo.

– No.

¿No?, ¿Qué hacías?, ¿Quizá pensando en ciertos acontecimientos que pasaron hace un par de horas?, no importa, quiero dejarte algo en claro, esto que tenemos no se va a detener, porque eres mío, desde el momento en el que te follé en mi habitación después de esa carrera en Ohio me perteneces.

Pato se estremeció, recordaba esa carrera, recordaba exactamente cada momento de lo que había ocurrido, y la razón por la que Alex lo había follado hasta que Pato estuvo cerca de desmayarse.

– Lo sé, soy tuyo – Alex lo sabía, pero los dos sabían que a Pato le encantaba decir eso en voz alta.

Lo sé, lo sé, pero creo que es momento de recordarte exactamente que significa eso, ¿Estás en pijama o todavía tienes esos maravillosos jeans que resaltan tu trasero?

– Los jeans.

¿Te he dicho que me gusta como se ve tu trasero en ellos?, tan redondo y apetitoso, siempre que veo que los traes puestos me dan tantas ganas de apretar cada una de tus nalgas, y morderlas y atenderlas durante horas, hasta que llores de la desesperación porque llene ese hermoso agujero tuyo. – Pato ahogó un jadeo al imaginar eso, su pene empezaba a interesarse en ello. Su mente ayudaba proporcionando los recuerdos de todas esas veces que ocurría. – Sé que los usaste hoy con la esperanza de que hiciera precisamente eso para quedarte a mi lado, y no tener que ir a cumplir con tus responsabilidades, chico malo, debería castigarte por eso.

Pato ahogo la respuesta que le quería dar al mayor, pero si permitió que el lloriqueo saliera de sus labios.

No te preocupes, eso no pasará hoy, será un castigo para más tarde, ahora tenemos que enfocarnos en algo, ¿Quizá en lo que haré una vez que te vea frente a frente?, ¿Por dónde empezar?, ¿Quizá diciendo lo mucho que me encantaría retenerte contra el colchón mientras lleno tu agujero y disfruto de lo apretado que estás a pesar de todo el sexo que tenemos?

 El mexicano se removió en la cama, llevando una de sus manos a su miembro cada vez más despierto.

Nada de trampas Patricio, porque si te tocas entonces no usaré mi boca para darte una mamada o para abrir tu agujero hasta que este listo, sabes que me encanta pasar mi lengua por cada parte de tu cuerpo, pero si no te controlas entonces no pasará nada de eso.

El menor soltó un quejido de impotencia y miedo, el mayor no podía ser así de injusto.

 – Aunque también me gusta cuando te tengo gimoteando, mientras estás sentado en mis piernas, chorreando contra mi muslo o mi abdomen, que vista tan bonita, tenerte con los ojos brillantes y tu polla gritando por atención de mi parte.

– Alex – el castaño no pudo evitar gemir el nombre de su amante, lo que le costó una risita.

Lo sé, te encanta cuando le presto atención a tu hermoso cuerpo en esa posición, te sientes como si fueras mi hermoso tesoro, y lo eres Patricio, créeme que es un hermoso regalo cuando escucho como gritas mi nombre mientras llegas a tu orgasmo, mis favoritos son cuando olvidas incluso el inglés.

Algo que deseaba poder hacer en estos momentos, pero que no sería posible, por mucho que quisiera, ya lo habían intentado antes, pero Pato era demasiado táctil para tal practica, y este tipo de llamadas solo lo dejaban sensible, frustrado y de un humor horrible.

Ahogó un jadeo y tragó mientras trataba de reunir su ingenio para responder.

– Estás jugando sucio, no te tengo aquí, y sabes que te necesito aquí, esto solo me pondrá de peor humor, lo que no es justo para nadie, sobre todo para mí porque no puedes hacer nada al respecto.

Lo que menos esperaba escuchar era un par de golpes en su puerta.

Ve a ver quien es, quizá servicio a la habitación quiere algo – Pato casi grita frustrado, y se iba a negar a hacerlo, pero el mayor lo conoce demasiado bien.– Ahora Patricio, prometo que te lo compensaré.

El mexicano se levantó con un humor horrible, abrió la puerta de golpe y casi le grita a la persona que esta del otro lado cuando ve de quien se trata.

Es Alex, con su teléfono pegado contra la oreja, su chamarra de cuero y una sonrisa traviesa.

– ¿Quién dijo que no podía hacer nada al respecto?, ¿Por qué no te muestro que tan sucio puedo jugar mientras abro tu agujero contra ese colchón?, solo hazme un favor, grita mi nombre tan alto, para que todos sepan a quien le pertenece la polla que te hace sentir tan bien.

El mayor entró y cerró la puerta tras de sí, que noche les esperaba.

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Ignoren que este no es el primer día del mes, si no el segundo, aunque todavía es el primero en alguna parte del mundo, así que no fallé en mi tarea del todo.

Creo que el smut no es tanto lo mío, pero es trabajo honesto, lo prometo.

Bueno, este es el primer capítulo de la serie, probablemente este sujeto a cambio, pero será hasta que acabe el mes.

Nos leemos hasta la próxima.

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