15. Lingerie

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Llevaba al menos 15 minutos esperando a que su novio saliera, y no era que quisiera presionarlo, pero si estaba desesperado, se habían estado besando y estaba seguro de que iba a llegar a más de la tercera base cuando su australiano se bajo y dijo que regresaba en unos momentos.

Aunque pensándolo bien, quizá Oscar no se sentía bien, mejor le preguntaba, así que se levantó y camino hasta la puerta del baño y tocó suavemente.

– Amor, ¿Te sientes bien?, puedo llamar a un doctor si lo necesitas.

– Estoy bien, ve a sentarte, por favor, solo... solo necesito unos minutos – el estadounidense asintió y camino de regreso a la cama.

– Tomate el tiempo que necesites, mi dulce koala, si estás bien, entonces no importa – el rubio se sentó, con los brazos recargados en sus rodillas y esperó.

No fueron tantos minutos, según el reloj, pero cuando la puerta empezó a abrirse, sintió que habían pasado horas.

Levantó la vista para preguntarle a Oscar si de verdad estaba bien cuando se dio cuenta de lo que llevaba puesto el menor y su boca se seco.

Empezando por las piernas eran medias de blancas translucidas que le llegaban a la rodilla, una tanga blanca de encaje con un sujetador a juego, y una bata de la misma tela que las medias.

Mierda, ¿Cómo es que Oscar podía verse tan... sexy y lindo al mismo tiempo?, es decir, ya se veía así, o al menos Logan lo veía así todo el tiempo, pero esto era otro nivel, y antes de que pudiera controlarse se acerco rápidamente al menor y lo tomo entre sus brazos para después besarlo como muy pocas veces se atrevía.

Su lengua empezó a explorar la boca del otro sin control alguno.

Y su lindo no dejaba de hacer sonidos que solo hacían que la excitación del rubio aumentará, pero es que... mierda, necesitaba verlo mejor.

Se separo del otro y en cuanto pudo le dio la vuelta para admirar la parte trasera... carajo, no estaba seguro de que pudiera ponerse más duro, pero vaya que sentía que con cada segundo podría hacerlo.

Se dejo caer de rodillas y puso su nariz y boca en una de las nalgas del más bajo, abriendo la boca al sentir la línea donde estaba la ropa interior, sin poder controlarse paso su lengua por todo el musculo y después mordió con algo de fuerza.

Escucho el gemido más sexy que había salido de la boca de su novio y siguió con su trabajo, dejando que sus manos viajaran a donde quisieran, se sentía tan suave y al mismo tiempo firme, era surrealista lo mucho que le encantaba esta visión de su novio.

Se puso de pie y atrajo al menor a un abrazo para después besarlo lentamente, sus lenguas tentándose una a la otra y sus manos sujetando con fuerza las del otro.

Cuando se separaron del beso se miraron directamente a los ojos y Logan podía ver todo el amor y el deseo que el castaño estaba sintiendo.

Con cuidado los guio a la cama donde giro al australiano antes de dejarlo caer en el centro de esta, en esa posición podía ver que tan hermoso era su novio, tan atractivo y al mismo tiempo se veía casi inalcanzable, como si fuera un ser etéreo en una pintura.

Y ese ser era todo suyo.

Logie, bésame – ¿Quién era Logan para no cumplir lo que le pedía ese hermoso ser?

Así que se posiciono sobre el menor, entre sus piernas y lo beso con pasión, sujetando sus muñecas a los costados de su cabeza, gimiendo al sentir como las piernas enfundadas en esas medias lo rodeaban por la cintura.

– Necesito tenerte, ahora, pero no quiero lastimarte – su australiano mordió su labio con vergüenza y timidez, y si esa no era la imagen más pura de un pecado inocente, no sabía lo que era.

– Estoy listo para ti, me preparé... por eso tarde tanto – el americano enterró su nariz en el cuello del castaño y gimió, maldita sea, iba a ser su muerte.

Soltó una de las manos para poder sacar su miembro, y luego hacer a un lado la tela que cubría el objeto de sus deseos, una vez que el camino estuvo libre empezó a meter su miembro duro como una roca en el agujero rosado del menor, manteniendo su mirada en esos ojos tan llenos de ternura, amor y deseo.

Se mantuvo quieto una vez que estuvo totalmente dentro, volvió a subir su mano para sujetarlo nuevamente y empezó a joder al menor.

Lento, profundo y con cuidado, como si no quisiera romperlo, mirándolo a los ojos todo el tiempo, pudiendo a alcanzar a ver esa boca tan deseable entreabierta, de la que salían pequeños gemidos que lo hacían querer aumentar la fuerza y velocidad hasta que los sonidos se escucharan por todo el condominio.

Pero esto no se trataba de descontrolarse, era de venerar a su novio, de regocijarse con tener a Oscar así, tan vulnerable, tan precioso, tan enamorado.

Se agacho para juntar sus frentes, todavía con la conexión en sus miradas, aumentando la fuerza cuando Oscar lo acerco más con sus piernas, conociéndolo tan bien, sabía que le pedía a gritos con esa acción y con su mirada que le diera más.

Así que eso hizo, deleitándose con los sonidos que salían de esa boca, la fricción que tenía en su piel por la tela de las prendas del menor, lo delicioso que se sentía estar en el interior del castaño.

Quería más, mucho más, pero al mismo tiempo esto era justo lo que necesitaban para este momento, sabía que después vendrían más momentos.

Pasaron unos cuantos minutos, con el mismo ritmo, con sus ojos transmitiendo todo lo que sentían, los sonidos de fondo que eran los gemidos del australiano y sus pieles chocar, el aliento de ambos declarando lo cerca que estaban los dos de llegar.

El primero en correrse fue Oscar, dejando un camino de su semen entre sus cuerpos, y sentir la contracción del cuerpo del castaño fue todo lo que el rubio necesito para correrse dentro de su novio.

Una vez que acabo se acerco a besar a Oscar, tenía tanta suerte de tener un novio tan lindo, debería comprarle más conjuntos como esos.

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Nos leemos hasta la próxima.

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