3. Blindfolded.

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Oscar había estado viendo videos últimamente, no era porque lo que hacía con Logan fuera insuficiente, solo... tenía curiosidad.

Lando le había dicho el otro día como experimentar cosas durante el sexo podía hacer las cosas un poco diferentes y sensacionales, dijo algo sobre como un poco de emoción no hacía daño a nadie.

Desde entonces quiso buscar a que se refería su amigo.

Y vaya que había encontrado muchas cosas, la mayoría de ellas ni siquiera eran de su agrado, realmente no veía el sentido de tanto dolor durante el acto, pero supuso que así como cada quien prefería un sabor en los helados, también en este asunto.

Por supuesto que su gusto por la vainilla debió haberle dicho algo, pero la curiosidad fue demasiada para resistirse.

Al menos ver todos esos videos había sido bueno, ahora tenía dos listas, su lista de NUNCA, y la lista de quizá, con más investigación.

Entre uno de los puntos se encontraba algo que había llamado su atención desde el principio.

Vendas en los ojos.

Sí, no era nada del otro mundo, pero Oscar se imagino del lado receptor, y vaya que se había interesado.

Así que había llegado con Logan con su propuesta, su novio le había dicho que lo pensaría, que investigaría sobre el tema y entonces le diría su respuesta.

Eso había sido hace cinco días, y hace solo unos minutos el rubio le había dicho que estaba dispuesto a intentarlo, solo si Oscar prometía que si era demasiado incomodo o aterrador le pediría que se detuviera.

El australiano había entrado al baño con la intención de refrescarse, pero se miro al espejo sintiendo la anticipación de lo que iba a pasar.

Una vez que los nervios fueron menos intensos decidió salir, su Logan estaba sentado sobre la cama, mirando nerviosamente sus manos y pareciendo tan dulce como siempre.

Oscar se acercó a darle un beso, cosa que su novio aceptó y correspondió con gusto.

– Pararemos si así lo decides, ¿Estás listo mi cangurito? – Oscar golpeó su brazo, no muchos lo sabían, pero la intención del americano para decirle así era para burlarse.

– Sí, lo estoy, ¿Lo estás? – Logan levantó su mirada y levanto sus brazos solo para hacer que el castaño se sentará sobre su regazo.

– Sí, lo estoy, cierra los ojos – el menor mordió su labio e hizo lo que su novio le pedía, unos segundos después sintió la tela sobre sus ojos, no pudo evitar jadear ante la sensación.

Podía sentir los brazos a un costado de su cabeza y las manos detrás de su nuca, atando la venda en su lugar.

Una vez que estuvo puesta, el castaño sintió las manos sobre su cintura, lo que lo hizo saltar, no esperaba ese movimiento.

– Tranquilo, cariño, ni siquiera hemos empezado... en unas horas tendremos una entrevista, creo que es mejor no llegar a cuarta base – Oscar asintió con rapidez, si, eso sería lo mejor.

 – Bésame, por favor – el australiano jadeo cuando sintió unos labios sobre los suyos, se sentían cálidos y tan suaves, algo que ya había probado miles de veces antes.

Pero ahora la sensación era maravillosa, diría eléctrica.

El beso era lento, dándole tiempo a Oscar para adaptarse a la sensación, pero aun así se sentía más emocionante de lo normal.

Las manos del rubio seguían en su cintura, pero hacían movimientos que provocaban los nervios del más bajo, realmente le estaba encantando este pequeño experimento.

Soltó un grito agudo cuando el rubio les dio la vuelta, y lo dejo contra el colchón, era demasiado repentino el movimiento y sin su vista no había anticipado eso, sonrió mientras sentía a Logan ponerse encima de él.

– ¿Te gustó eso? – Oscar asintió con entusiasmo, y tanteo la parte más cercana de Logan para jalarlo a que siguiera besándolo.

El americano atendió su petición, y empezó a besarlo nuevamente, recorriendo su boca con esa lengua traviesa que tanto amaba, pero también esas manos que dejaban pequeños toques por todo su cuerpo, desde sus muslos hasta su pecho.

Eran toques simples, casi inexistentes, pero estaban ahí, incluso sobre su ropa se sentía bastante intoxicante.

De sus labios salió una suplica pidiendo más, y Logan volvió a cumplir su capricho, levantando su playera y volviendo a pasar sus dedos por su ahora descubierta piel.

Las sensaciones había aumentado 1000 veces, lo que lo hizo jadear.

El rubio entonces empezó a restregarse contra él, su pene ya medio interesado había despertado totalmente.

Los besos habían seguido un camino de su boca a su cuello, uno de los brazos había ido por detrás de su espalda para acercarlo a la pelvis del más alto, provocando sensaciones más agradables por todo su cuerpo, y la otra mano seguía ocupada explorando toda la piel blanca del menor.

Era demasiado y al mismo tiempo tan poco.

– Realmente te gustó, amor, podríamos intentar el próximo paso una vez que estemos en casa, ¿Quizá pueda follar mi garganta con tu polla mientras mis dedos juegan dentro de ti? – las palabras hicieron que Oscar deseará que Logan hiciera todas esas cosas sucias y más.

Gimió en voz baja al sentir la lengua del americano sobre su pezón.

Llevó una de sus manos al cabello del otro, tratando de dejarlo ahí, causando la risa de Logan.

– Creo que se que es lo que quieres, no te preocupes, me ocuparé de todo, amor – Oscar soltó un grito cuando sintió los dientes sobre su protuberancia.

 Y solo había sido un pequeño roce.

El australiano movió sus caderas para aumentar el ritmo que tenían, sus nervios empezaron a cobrar vida por todas partes.

Una mordida, solo basto una pequeña mordida de Logan para que se corriera en sus pantalones, para que el mundo se desvaneciera durante unos segundos.

O quizá fue durante más tiempo, porque cuando volvió en sí, su novio ya le había quitado sus pantalones y ropa interior y lo limpiaba, la venda ya no estaba en su lugar, lo que lo decepciono durante unos segundos.

Pero entonces miro al más alto y sonrió.

– Tenemos que volver a hacer eso – Logan se rio entre dientes.

– Lo haremos, por ahora, límpiate bien, tenemos trabajo – Oscar bajo su mirada al bulto en los pantalones del mayor.

– ¿Quieres que te ayude a encargarme de eso? – el rubio se inclino a dejar un beso sobre sus labios.

– Esto no era sobre mí, era sobre algo que querías experimentar, me alegra que te haya gustado, iré a darme una ducha, de todas formas había terminado mi entrenamiento hace poco, puedes unirte, pero nada de travesuras – Oscar hizo un puchero por eso último, sabía que cuando el rubio decía eso, lo decía en serio, no se besarían ni siquiera una vez dentro.

Ya le había pasado, y no le gustaba, pero lo aceptó.

Su novio lo beso una última vez antes de caminar al baño, y mientras Oscar lo veía alejarse se le ocurrió que quizá podría experimentar algo nuevo con él, había visto algo sobre lencería, quizá a Logan le gustaría.

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De plano siento que el smut y lo hot no son lo mío, pero seguiré practicando hasta que sea algo decente (que extraño ocupar esa palabra para referirme al tema del que estoy escribiendo).

Nos leemos hasta la próxima.

KinktoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora