30. El Verdadero Rey

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Las puertas se abrieron de golpe luego de que Mauro las empujara con toda su ira adentrándose a el salón

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Las puertas se abrieron de golpe luego de que Mauro las empujara con toda su ira adentrándose a el salón. Iván volteó ante el ruido y cuando estuvo a punto de decirle algo fue golpeado en el rostro.

"¡¿Sos imbecil?!" Le gritó el mayor con el ceño fruncido.

"¡¿Qué mierda te pasa?!" Le gritaba de regreso el menor tomándose la mejilla notando que posiblemente le dejaría un moretón.

"¡Cuando te dije que te habías vuelto blando no era un insulto, pelotudo! ¡Era un halago!" Le dijo rojo de coraje. "¡Por tu egocentrismo y tu orgullo se fue el muy posiblemente mejor rey de toda la historia de nuestro reino!"

Los ojos de Iván se abrieron de sorpresa ante sus palabras. "¿Cómo lo sabes?" Murmuró. "Sólo han pasado unas horas y—"

"¡Y aún así fue suficiente para que Alexis se fuera y que todas estas tierras se enteraran por que la noticia se esparció como la pólvora!" Le gritaba otra vez gruñendo.

"Eso no importa... De todas formas, yo soy el único con el título de el mejor rey." El rey trató de mantenerse firme, pero no funcionó.

"¡¿Dónde?!" Escupió sorprendiendo a su hermano menor. "¡Tú sólo te preocupas por que te tengan miedo! ¿Y adivina qué?" Mauro le tomó del cuello de su ropa para mirarle fijamente. "El rey que gane respeto a través del miedo no es más que un niño que no sabe cómo jugar." Le dijo entre dientes. "Alexis logró que cada persona de este reino y su pueblo le respetaran y ni les alzó la voz, mucho menos les golpeó o asesinó."

Iván apretó los puños sintiendo la sangre recorrer su rostro de el coraje, aún así, eso no le importó a Mauro.

"Alexis sí era un buen rey, era hasta mejor que tú y eso te duele, por que ha logrado cosas que tú nunca podrías." Le dijo directo a su enorme orgullo. "Te duele por que él no decidió ser rey y tú sí, y aún así fracasas."

El pelinegro le empujó para soltarse, justo en el segundo que intentó golpear a su hermano no lo consiguió, Mauro fue rápido para esquivar y volver a golpearle.

"Estando bajo coraje no puedes ni pensar correctamente y es fácil leerte. Él tenía mucha más carga que tú al encargarse personalmente del pueblo y nunca perdió su valance." Le volvió a decir. "¡Organiza tus pensamientos y busca una forma de arreglar el maldito desastre que tú ocasionaste!" Ordenó frunciendo el ceño una vez más.

"¿¡Por qué debería de importarme?!"

Mauro le miró, su semblante era tan firme y serio que Iván se sintió amenazado, peor aún cuando se le acercó quedando a centímetros de el rostro de su hermano menor.

"Por que Alexis creó miles de millones de soldados leales dispuestos a matar por él si se enteran que le pusiste una mano encima." Le dijo en una voz calmada y suave, pero muy seria. "Panaderos, meseros, jinetes, soldados retirados, carpinteros, pintores, agricultores... Cada uno de ellos—" Con su dedo comenzó a tocar repetidamente las cienes de su hermano menor cada que mencionaba las profesiones, esto le hizo enojar más. "—Se volvieron soldados tan pronto Alexis tomó el mando. Incluso tus propios guerreros harían lo que sea por él y tú no eres quien los detendrá."

Iván no tuvo palabras para responder a lo que su hermano le decía.

"Trae al verdadero rey y eso detendrá la caída de tu imperio." Sin esperar nada más, Mauro se dió la vuelta luego de mirarle con desprecio antes de marcharse pidiendo un carruaje para irse junto a su esposa en su hogar lejos de allí. Prefería estar con ella a quedarse a ver cómo todo caía sobre la corona.



[...]



En unos kilómetros atrás se encontraba el reino en el cual permaneció por algunos meses. Justo ahora pasaba por un largo camino en medio de arbustos con rosas rojas en gran cantidad, las miraba con un poco de brillo en su mirada, le recordaban a si jardín en el reino.

Hace ya más de hora y media que había parado de llorar, le parecía un poco triste saber que podría estar casándose en unas pocas horas siendo tal vez este el mejor día que pudo haber tenido en su vida y era todo lo contrario, volvía a esa taberna con olor a polvo y tabaco. La verdad es que no lo veía como la peor cosa, por que en serio quería ver a sus padres, los extrañaba montones, sabía que sería una sorpresa para ellos verlo volver y ya quería ver esas sonrisas cálidas que cada uno poseía.

Bajó su mirada a ese libro en sus manos, mismo que sólo las adornaban ya que no leía, se limitaba a navegar en su mente y memoria pensando cómo aquel joven rey pudo fingir tan bien haciéndole creer que había cambiado. Se sentía un poco idiota, tal vez nunca había cambiado y su amor por él lo había hecho cambiar su percepción hacía él. Cambió de página mordiendo su labio inferior mirando las letras en el papel, tal vez podría distraerse de todo eso.

Muchas horas faltaban para que llegara a aquella taberna y la ansiedad le carcomía por dentro. ¿Vendría de camino a por él o se sentirá aliviado ya que no habría ceremonia? Muchas preguntas instrusivas llegaban a su mente, pero de verdad necesitaba creer que él de verdad le amó... Quería creer que le seguía amando y que no fingió ni un segundo esos besos y caricias...

Alzó su vista mirando a varios caballos salvajes correr por el campo y no tardo en sonreír, envidiando su libertad. Si tan sólo no hubiese querido enviar esa carta... Aunque sentía que era una especie de señal que le gritó: ¡No cambió! ¡No te cases con él!

Negó sintiendo un sabor amargo al recordar el último golpe que le propinó, ¿a dónde se había marchado ese hombre tan lindo y dulce con él? ¿Seguía bajo aquella fachada de tirano sin corazón? No podía negarlo, le amaba, ¿pero Iván le amaba de regreso? No más de lo que amaba el poder y su estado social, eso era seguro...

Negó sintiendo un sabor amargo al recordar el último golpe que le propinó, ¿a dónde se había marchado ese hombre tan lindo y dulce con él? ¿Seguía bajo aquella fachada de tirano sin corazón? No podía negarlo, le amaba, ¿pero Iván le amaba de regre...

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Heartless tyrant [Spreeckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora