32. Desarmado y sin corona

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Unas pocas semanas habían pasado desde que Alexis abandonó el reino, a veces pensaba que fue lo peor que pudo haber hecho, extrañaba a su prometido con fuerzas, bueno, no sabía si todavía le podía llamar así

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Unas pocas semanas habían pasado desde que Alexis abandonó el reino, a veces pensaba que fue lo peor que pudo haber hecho, extrañaba a su prometido con fuerzas, bueno, no sabía si todavía le podía llamar así. Se dedicó a trabajar arduo en la taberna y no le iba nada mal, recordaba las cosas básicas y el como tratar a los clientes, era pan comido para él. Comenzó a hacer pequeños cambios en el negocio con el permiso de sus padres y eso llamó la atención de muchos clientes más. Rápidamente se corrió la voz en el pequeño pueblo y ahora todos conocían la taberna por diferentes razones, algunos por la bebida y el ambiente, otros por los deliciosos pasteles que vendían allí junto a la comida. Se demostró que las clases que le brindaron a Alexis al ser nombrado rey le sirvieron bastante para muchas cosas, principalmente los negocios y en su mentalidad para manejar las situaciones que se les presentaban día con día.

Era un día más en ese humilde pueblo que comenzaba a ser mas recorrido de lo normal por los rumores de que un miembro de la realeza yacía allí, esto no molestaba a nadie pues significaba que tenían más clientes de lo habitual, es decir, más dinero.

"¡Más cerveza!" Se escuchó entre la música y las risas que acompañaban a las pláticas.

"¡En seguida!"

Meseras caminaban de un lado a otro atendiendo a los clientes que disfrutaban del ambiente, mismo que se volvió pesado en cuestión de segundos. La puerta de la taberna se abrió de golpe haciendo que algunos voltearan, pocos segundos después todos miraban a aquel hombre alto que avanzaba entre las mesas como si hubiera estado allí antes.

"Busco a Alexis. ¿Dónde está?" Preguntó de la nada mirando al hombre detrás de la barra. El hombre en cuestión no dejaba de mirarlo con seriedad mientras limpiaba una jarra de vidrio con espuma de cerveza dentro, no parecía importarle quien era ese rey y con un golpe a la barra hizo que sonara la campana llamando a otro hombre, este sí reaccionó al verle.

"Rey Iván." Dijo Roberto manteniendo su distancia, se le notaba la sorpresa en el rostro al igual que el temor.

"Vine a hablar con Alexis." Dijo con seriedad.

"Él no quiere hablar con usted. Le pediré que se retire." Le devolvió con la misma seriedad. Ante sus palabras hombres altos y musculosos se levantaron de diferentes mesas, Iván pudo notar la tensión en el aire.

Antes que alguien más pudiera decir algo el sonido de unos tacones se hizo presente unos cortos segundos después, Alexis se presentó en el lugar viendo a el hombre presente y alzó las cejas con curiosidad y sorpresa, no esperaba verlo allí y por el rostro de Iván pareciera que era igual para él. Realmente, la sorpresa de el rey era por el cambio físico de aquel chico que alguna vez fue su prometido, su cabello estaba más largo, su cuerpo no tenía joyas, pero se veía incluso más hermoso que antes, era impresionante.

"¿Qué necesita?" Preguntó sin más.

"Vino pidiendo verle, mi señor." Le respondió Roberto sin dejar que Iván respondiera. "Pero ya se iba."

"No, déjenle hablar." Ordenó el pelinegro cruzándose de brazos. Muy disgustados y sin realmente querer, todos le dieron paso a Iván.

El rey caminó firmemente hasta el de cabello largo, al llegar sacó su espada poniendo en alerta a los hombres alrededor, pero para la sorpresa de todos, la funda acompañaba la hoja abrazando esta. Seguido de la espada fue su daga, ambas fueron tiradas al suelo. Nunca antes se había visto a Iván Buhajeruk despojarse de sus armas, pero esto no hizo que Alexis se inmutara demasiado.

"Por favor." soltó el rey avanzando unos pasos para llegar no tan cerca del pelinegro, al estar donde debía se arrodilló sorprendiendo a Roberto y a Alexis. "Te lo pido de rodillas y rogándote... Vuelve al reino." Le pidió mirándole desde abajo.

"¿Por qué haría eso?" Preguntó Alexis con semblante serio.

"Todo se está derrumbando y no puedo pasar un segundo donde no pueda manejarlo." Le confesó sin titubear. "El reino necesita a su verdadero rey... y ese eres tú, Alexis. Por favor, te pido que vuelvas y levantes el reino que nunca supe manejar."

Alexis le miró en silencio, sacudió sus hombros con un suspiro y volteó a ver a Roberto, quien le miraba inseguro de la situación, lentamente volvió su mirada al rey, pero no para asentir, todo lo contrario. "¿Para qué? Tan pronto tengas todo en bandeja de plata me harás a un lado, ya lo hiciste una vez." Soltó dándole la espalda con la intención de abandonar el lugar y volver a sus deberes, pero una confesión lo detuvo.

"Te amo, Alexis." le soltó Iván con todo su corazón, ante esto el contrario se quedó paralizado. "Sé que no me crees y sé que no he hecho nada para que me creas, pero es la verdad. No quiero volver con las manos vacías, el pueblo te necesita, el reino y—" Alexis sintió su corazón doler ante sus palabras. "Yo te necesito."

El dolor se volvió coraje, misma que el menor no pudo controlar volteando a Iván con el ceño fruncido. "¡Tú no amas a nadie!" le alzó la voz levemente. "Te amas a ti mismo y te preocupas por ti mismo. Sólo viniste a rogarme para que la gente vuelva a respetarte, por que lo único que quieres es que te tengan en un pedestal mientras todos te ven desde abajo." Y con esas palabras quiso dejarle allí.

"Es verdad... Pero nada de eso importa si no puedo tenerte a mi lado." respondió el rey agachando su cabeza.

Alexis volteó lentamente a verle, por primera vez pudo ver a el gran rey Buhajeruk de rodillas con la cabeza agachada y totalmente indefenso sin sus armas, tampoco tenía su corona, misma que siempre solía lucir en diferentes diseños, algunas más pesadas que otras, pero siempre allí. No sabía qué pensar sobre la situación y mientras su mente se encontraba nublada tomó aquel medallón con el escudo de la familia Buhajeruk que se escondía con vergüenza bajo su camisa día con día. Si iba a dar su brazo a torcer no lo haría sin pensar y sin razones algunas... Tenía una idea en mente, pero ya sin el corazón tan blando que llegó a tener alguna vez.

 Tenía una idea en mente, pero ya sin el corazón tan blando que llegó a tener alguna vez

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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Heartless tyrant [Spreeckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora