El silencio de la noche era casi tangible, envolviéndote en un manto de tranquilidad que contrastaba con el frío que helaba tu piel expuesta. La brisa cortaba como cuchillas invisibles, pero la presencia de Soundwave a tu lado parecía amortiguar esa sensación, como si su imponente figura metálica actuara como un escudo contra el viento. Su presencia era reconfortante de una manera que no habías anticipado.
Levantaste la vista hacia él, su visor negro brillando bajo el manto de estrellas. La mezcla de tonos oscuros de su cuerpo, negro y violeta, capturaba la luz del cielo de una forma casi hipnótica. Quizás era el frío, pensaste, o tal vez era él. Había algo indescriptible en la forma en que su figura metálica parecía armonizar con el entorno, haciendo que tus pensamientos se llenaran de una calidez inesperada.
Tu mirada se desvió al visor de Soundwave, con la esperanza de atisbar algo más allá de ese cristal oscuro. Pero no encontraste nada más que el reflejo de las estrellas. Sus ojos, si es que los tenía tras ese visor, permanecían un misterio insondable. Bajaste la vista hacia su mano, donde estabas sentada, notando cómo sus largos y delgados dedos metálicos parecían delicados a pesar de su evidente fuerza. La escala de su tamaño comparado con el tuyo era abrumadora, pero también te hacía sentir... protegida. ¿Cómo había llegado todo a esto? te preguntaste. Este era un lugar que nunca habías imaginado, y menos con alguien como él.
De nuevo, alzaste la mirada hacia Soundwave, solo para descubrir que él ya te estaba observando. Sus visores negros se cruzaron con tus ojos, y tu corazón dio un vuelco inesperado. El aire pareció volverse más denso mientras el calor subía a tus mejillas. Era una mirada cargada de algo indescriptible, un peso que no podías comprender del todo, pero que no te era desagradable. Con nerviosismo, desviaste la vista y trataste de romper el momento.
—Ah... eh, linda... linda vista, ¿no lo crees? —dijiste con una sonrisa tímida, mirando sus dedos en lugar del suelo para evitar marearte.
Soundwave inclinó ligeramente la cabeza, un gesto sutil que interpretaste como asentimiento. Su visor volvió a reflejar las estrellas antes de que apartara la mirada, pero no antes de haberte estudiado por unos segundos más. Una incomodidad nueva comenzó a crecer en tu pecho, no por su mirada, sino porque sabías que él era capaz de notar cosas que ni tú misma podías ocultar. Como el temblor en tus extremidades por el frío que tratabas de ignorar.
De repente, Soundwave giró sobre sus talones y comenzó a caminar. El cambio fue tan inesperado que te tambaleaste sobre su mano.
—¡Hey! Espera, ¿a dónde vas? —te afirmaste con fuerza en su pulgar, tratando de mantener el equilibrio.
Él no respondió, como era de esperarse. Pero sus movimientos eran firmes y decididos, como si ya supiera lo que necesitabas antes de que tú misma lo pidieras. Pronto, te diste cuenta de que se dirigía a un área más resguardada en la nave, lejos de la brisa cortante del exterior.
Cuando se detuvo finalmente, levantó su mano hasta acercarte a su visor. Su mirada pareció analizarte con detalle, como si buscara alguna señal de aprobación o confort. Te sentiste vulnerable por un momento, pero el contacto de sus dedos al ajustarte ligeramente en su mano fue tan cuidadoso que tu corazón se calmó. Era como si, en su silencio, él tratara de transmitirte algo: seguridad, quizás, o una promesa muda de que no permitiría que nada te dañara.
Tomaste aire y, sin apartar la mirada de su visor, decidiste hablar, aunque tus palabras sonaran nerviosas.
—Desde que llegué aquí...eres el único que me ha tratado como una humana y no un...estorbo —Tu voz apenas fue un susurro, pero en la quietud de la nave, era suficiente. bajaste la mirada algo avergonzada de tus palabras, tenías razón, pero decirlo en voz alta era vergonzoso, especialmente si el era un DECEPTICON.
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Vínculos de Metal, Latidos de un Alma (Soundwave x lector)
RomanceSolo quería un respiro, unas vacaciones para desconectar el caos de la universidad. Pero nunca imaginé que un simple descanso terminaría convirtiéndose en una lucha por mi propia existencia... Ahora estoy en medio de dos fuerzas opuestas: una que r...