Capítulo 2

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Narra Aquamarina

Vivir en una torre en medio del océano es algo complicado aunque fascinante.

Esta torre antiguamente en la guerra era la que daba apoyo al sistema costero defensivo. Luego, cuando pasaron miles de años despues de aquello, la torre se convirtió en un pequeño faro que guiaba a los barcos de cargas hasta la pequeña costa que hay justo enfrente.

Pero años más tarde, la costa dejó de ser habitada, y sin ningúna razón inexplicable toda la zona de la orilla dejó de ser visitada y quedó desaparecida entre la marea alta, las palmeras y la vegetación que ha ido creciendo.

Las leyendas cuentan que este lugar empezó a estar maldito y por eso las personas se fueron corriendo.

Pero eso no es lo más curioso.
Lo más impactante fue que hace varios años, cuando me vine a vivir aquí, construyeron un muro gigantesco y altísimo que rodea toda la costa que hay alrededor de la torre, de tal  manera que nadie puede entrar, ni salir por la orilla.

Tampoco pueden venir en barco desde la otra parte del océano, porque este sitio no sale en ningún mapa, ni en ningún sitio visible. Está tan lejos de tierra firme que nadie se atrevería a cruzar el océano para encontrarse con una simple torre.

Vivimos precisamente en la parte del mar donde más temporales, y oleaje hay. Suele haber una gran probabilidad de fracaso, y de peligro si te atraves a venir hasta aquí.

Este lugar ha sido mi hogar; donde he crecido rodeada de naturaleza, animales, arrozales, océano, arena y comida casera.

Te preguntarás como he acabado aquí,  pues sinceramente, no lo sé.

Es como si hubieran querido aislarme del mundo y que mejor manera que llevandome a un sitio donde ya no "existe".

Un sitio que fue comido por la naturaleza, y ahora está bajo árboles, palmeras, arena y mar, rodeado de un muro de hormigón de varios kilómetros de largo y bastante metros de altura.

—¡AQUAMARINA SUBE YA A COMER!

Ese es mi abuelo gritando desde la torre.

Ahora mismo me encuentro sentada en la arena de la orilla viendo como las pequeñas olas rompen en mis pies creando una leve espuma blanca que me fascina mirar. Lo suelo hacer mucho, sentarme aquí y pensar en tantas cosas que me pregunto día a día.

Mi abuelo solo me deja salir a la orilla para andar un poco por la arena, y me da permiso solo porque sabe que hay un muro gigantesco a mis espaldas

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Mi abuelo solo me deja salir a la orilla para andar un poco por la arena, y me da permiso solo porque sabe que hay un muro gigantesco a mis espaldas.

Antes de que estuviera el muro no me dejaba.

Luego está como ya he mencionado antes; la torre donde duermo que es bastante alta. Su suelo llega hasta el fondo del océano y sobre pasa unos veinte metros de la superficie.

Antiguamente era un simple faro pero mi abuelo se encargó de quitar la enorme luz que avisaba a los barcos y convertirlo en una humilde y pequeña casita.

TorreMuelle ( Gavi )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora