Capítulo 57: Límites territoriales

701 44 20
                                    

No voy a llorar, no voy a llorar.

—Hey amiga, ¿te encuentras bien? - pregunta Alex.

La miro.

Rompo en llanto y ella me abraza.

(...)

—¿Tú lo sabías? - pregunto luego de un rato en su habitación.

Lucas ha estado tocando la puerta repetidas veces, pero Alexandra lo amenazó con castración si se acercaba de nuevo. Eso pareció detenerlo.

Alex me mira y pone una cara compasiva que no me agrada. Suspira y se sienta.

—Em - exclama y me toma la mano—Lucas ha estado con prácticamente todas las mujeres que conozco, menos yo - dice

Sollozo.

—Creí que lo sabías - agrega.

Es que lo sabía, pero es muy humillante estar aquí rodeada. ¡Todas menos Alex han estado en sus pantalones, vaya uno a saber qué cosas haciendo!

—Sé que es horrible - dice—Pero creo que sabías a lo que te enfrentabas

La miro.

—Lucas se ha dedicado a eso la mayor parte de su vida. A follar - explica y me dejo caer en la cama

Me tapo la cara con la almohada y ahogo un grito feroz.

—¿Sabes lo que yo haría en tu lugar? - pregunta. Me quito sólo un poco la almohada y la miro.

—No - respondo

—Me cagaría en todas esas putas que han intentado lograr lo que sólo tú has conseguido. Tienes que demostrarles que es tuyo - dice

Me vuelvo a tapar.

—Estoy harta de hacerlo. Es agotador - exclamo—Me voy un minuto y tiene alguna colgada del cuello

Lloriqueo.

—Em, será así al menos por un tiempo. Si te muestras débil es peor. Debes ser más que ellas

Me quito la almohada

—¿Cómo? - pregunto

—Dejando a un lado las inseguridades - exclama—Ahora sólo folla contigo

Me espanto.

—Demuéstraselo a todo el mundo - pide y abandona la habitación.

(...)

Media hora más tarde no hay rastros de llanto ni de preocupación. Decido salir al mundo exterior.

Me he maquillado levemente la cara y acomodé mi atuendo. Unté un poco de crema para el cuerpo sobre mis piernas, generando un efecto brillante que llama la atención con la minifalda. Lo mismo hice en mi escote.

Abro la puerta y me lo encuentro contra la pared jugueteando con el móvil.

Levanta la vista y me mira con cautela.

Se acerca un paso. Yo me quedo quieta.

—¿Ya pasó? - pregunta

Lo miro.

Sin decir palabra lo cojo de la muñeca y lo arrastro a la habitación, que cierro con llave.

Está asombrado o asustado.

—Ok - exclama confuso

—Siéntate en la cama, Lucas - ordeno para nada amable.

Él obedece.

Mi mejor amigo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora