Capítulo 52: Verdades que no quiero escuchar

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Hace horas que estamos acurrucados en el asiento trasero del auto, simplemente disfrutándonos.

Disfrutando de la compañía calmada y placentera del otro, escuchándonos, sintiéndonos.

Le he enviado un mensaje a mi madre desde el celular de Lucas, para que se quede medianamente tranquila. Ella llamó al instante, pero no quise atender.

No estaba preparada para enfrentarla.

—¿Estás mejor? - él me pregunta.

Elevo mi cabeza que reposa sobre su pecho y le dedico una sonrisa.

—Mucho mejor - confieso, porque es la pura verdad—¿Cómo me encontraste? - pregunto curiosa

Sonríe y besa mi nariz.

—Siempre te encontraré, Em - exclama como todo un caballero romántico y yo ruedo los ojos.

—Ya, en serio - digo—¿Cómo lo supiste?

Él me mira.

—Hablaba en serio - remarca—Por un momento pensé que podrías estar donde Estela, pero lo descarté porque allí habita el puto Timón - dice y hace una mueca

Mentalmente me río por el ridículo apodo que le ha puesto a mi pobre compañero de trabajo.

—¿Entonces? - presiono

—Bueno, no habían bibliotecas abiertas...por ende sólo podías estar en el único sitio que te gusta casi tanto como una biblioteca...

Me río.

—Touché - susurro

—Sí bueno, el parque a las nueve de la noche no es un buen lugar para estar de todos modos - me regaña—Está oscuro, hace frío y por no decirte de la clase de personas que se juntan a veces allí

—Lo sé - murmuro—Lo siento otra vez.

Él suspira y me estrecha un poco más.

—Ya. Tendríamos que enfrentar a Grace - comenta en voz muy baja

Hago una mueca.

—Lo sé - digo

—No tienes por qué hacerlo si no lo deseas. Puedes dormir en casa - dice

Beso fugazmente sus labios

—No, debo hacerlo. De todos modos estará aquí una semana nada más. Sobreviviré

Los mofletes de mi bello novio se inflan y dejan escapar el aire lentamente.

—¿Te acompaño? - pregunta

Medito qué responder. A decir verdad me encantaría que lo hiciera, pero generar esta dependencia cuasi simbiótica no nos hace bien.

Hemos estado discutiendo eso y llegamos a una especie de acuerdo. Tenemos que trabajar en nuestra independencia. Tenemos que lograr ser dos personas autónomas y fuertes, sin depender tanto del otro.

Los idealismos tampoco son buenos. Si partimos de la idea de que somos seres sociales por naturaleza, es claro el hecho de que necesitaremos siempre de otro que nos apuntale. De lo contrario la vida en comunidad no tendría un sentido. Lo necesitamos desde que nacemos hasta que morimos.

Pero eso no significa que perdamos nuestra capacidad de resolución de problemas por otro. Eso es diferente.

Si bien no llegamos a ese punto con Luke, estamos casi. Y ambos concordamos en que eso es muy peligroso. Es peligroso porque perder la autonomía personal te hace súbdito y sometido. Y ninguno de los dos queremos eso.

Mi mejor amigo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora