Capítulo 65: Contigo

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3 meses después


—¡LUCAS! ¡UGH! ¡LUCAS! – chillo mientras recojo pantalón, medias, sudadera y bóxer del suelo.

Dios mío.

Los pasos de mi novio se escuchan por las escaleras. Está corriendo, lo cual me entusiasma.

Llega al dormitorio jadeando con cara de preocupación, y en cuanto me ve frunce el ceño.

—¿Qué? – pregunta confundido

Miro mis manos, en donde tengo su calzoncillo.

—¿Qué? - pregunto—¡Esto!

Mira mi mano. Luego mi rostro.

—Es mi bóxer – exclama

Oh dios.

Pisoteo y me muerdo el labio inferior.

—¡YA SÉ QUE ES TU BOXER! - grito—¡Ese es el problema!

Lucas entrecierra los ojos y me pide con un gesto que baje el volumen de voz.

—¿Puedes calmarte? - pide—Loca histérica

Lo voy a matar.

Tiro el bóxer al suelo y lo miro pasmada.

—¿Qué me has dicho? – pregunto

Se cruza de brazos.

—Loca histérica – repite y mis puños se aferran

—Lucas te juro que te golpearé – aviso

Él se sonríe. Es tan bello que me molesta.

—Tengo un miedo...-ironiza

Pisoteo otra vez. Me siento en el suelo cruzada de brazos y me llevo las manos a mi rostro. Parezco una niña, pero necesito que entienda de una vez que no podemos vivir así.

—Em – me llama pero lo ignoro—Em, vamos – dice

No respondo. No me muevo.

—Oh vamos Em, ¿qué te pasa?

Me quito las manos y lo miro.

—Me pasa que estoy harta de decirte todos los días que la ropa no puede quedar tirada en el dormitorio, que la tapa del WC hay que subirla, que la pasta dental no puede quedar pegada en el lavabo – exclamo pero él me corta.

—Oh ya veo – murmura

—Tú siempre lo ves, pero resulta que luego olvidas todo – reclamo

Hace una mueca.

—No lo olvido, es sólo que nos molestan cosas diferentes. A mí no me molesta todo eso, ¿por qué tus parámetros son los que deben valer? ¿Qué si a mí me molesta tener todo pulcro? – pregunta

Su cuestionamiento me toma desprevenida.

—Mis normas son las de la sociedad – me defiendo—¿Cómo puede molestarte la limpieza mínima?

—Tampoco es que sea un jodido cerdo – bufa y yo, hago una mueca.

Suspiro.

Él se muerde el labio inferior y pone los ojos en blanco, luego se acomoda en el suelo a la misma altura que yo y me escruta intrigado.

—Em, ¿puedes calmarte? No es tan grave – dice

Me refriego la cara y suelto un suspiro de desesperación.

Mi mejor amigo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora