𝗦𝘂𝗺𝗺𝗲𝗿𝘁𝗶𝗺𝗲 𝗦𝗮𝗱𝗻𝗲𝘀𝘀 [ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋ]

003

Luego de descubrir a quién pertenecía el bote que estuvieron revisando y temiendo meterse en problemas, todos fueron al Chateau.

Pope era quien más alterado estaba de todos. Entró donde todos sus amigos estaban sentados y relajados, muy paranoico.

— Okey… ah… No vimos nada. No sabemos nada. Todos tenemos amnesia total —habló señalando a sus amigos para sentarse mientras intentaba relajarse.

La ojiverde se levantó y se posicionó detrás del chico, apoyando sus manos en sus hombros, que se tensaron bajo su tacto.

— Relájate, Poppy. No vas a perder tu beca. No lo voy a permitir —le dijo masajeando sus hombros.

Savannah se mostraba increíblemente serena y tranquila, aunque su mente iba a mil por segundo. Pero debía mantener el control para no preocupar a sus amigos y así poder salir de ese gran problema. Estaba asustada de lo que pudiera llegar a pasar si los relacionaban de alguna manera con el bote. Pero se obligaba a sí misma a reprimir todo lo que sentía para poder ayudar a los demás. No por nada la veían como la madre del grupo. Y aunque cargaba con muchas cosas encima, toda la vida le habían enseñado a dar el ejemplo y no ceder ante la presión, por lo menos no frente a otros.

— De hecho, Pope tiene razón esta vez. A veces te doy la razón —se levantó JJ apuntando a todos— Negar. Negar. Negar.

— No podemos quedarnos con el dinero —discrepó Kiara con su amigo.

— No todos podemos pagar planes de datos ilimitados, Kiara —Savvy frunció el ceño ante la estupidez que dijo su amigo.

A veces se molestaba mucho con JJ por creer que, por el simple hecho de ser ricos, su vida era sencilla. Entendía la situación del chico y por qué veía el mundo de esa forma. Pero le gustaría que él pudiera ponerse por un momento en el lugar de cada una de ellas.

— Debemos dárselo a Lana Grubbs o afectará nuestro karma. — defendió su postura Kie.

— También afecta el karma estar implicados en un robo —agregó Pope— Tenemos que callarnos.

— ¿Callarnos qué, Pope? Aquí no ocurrió nada. Tenemos amnesia, ¿no? —habló la ojiverde recordándole sus propias palabras.

— Si así podemos quedarnos con el dinero, estoy de acuerdo —los apoyó JJ.

— Yo no lo estoy —Savannah sintió su cuello tronar al girarse tan rápido por las palabras de su novio.

— ¿Por qué?

— Solo piénsalo. Estamos hablando de Scooter Grubbs, ¿verdad? El tipo que compra cigarrillos sueltos. Una vez lo vi pidiendo monedas en un estacionamiento porque necesitaba gasolina. Estamos hablando de una rata que nunca tuvo más de cuarenta dólares encima y, de repente, tiene un Grady-White. Solo digo —explicó John B.

— Estás loco, John B. No somos policías ni detectives. Y no nos vamos a arriesgar a que nos involucren en esto —Savannah se levantó molesta y salió luego de gritarle a su novio.