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LA CASTAÑA estaba sentada, sumergida en su lectura, completamente ajena a lo que pasaba a su alrededor

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LA CASTAÑA estaba sentada, sumergida en su lectura, completamente ajena a lo que pasaba a su alrededor. JJ la miraba desde arriba, a su lado, intentando comprender qué podía tener de interesante ese libro para tenerla tan consumida. Veía los gestos en su cara cambiar; a veces sonreía emocionada y hacía una leve pausa antes de seguir, e incluso, si tenía suerte, podía oírla soltar una risita. En otros momentos, su rostro se ponía completamente serio, pero de distintas formas. Una de ellas era la seriedad que representaba la concentración absoluta, y la otra era una seriedad que JJ no podía descifrar. Solo la veía seria y, por momentos, veía cómo sus mejillas se sonrojaban, pero no cambiaba la expresión. Su cabello castaño volaba frente a su cara y estaba a cada rato acomodándolo detrás de su oreja sin desconcentrarse de su lectura.

La voz de Pope liberó a Savannah de su mundo de fantasía.

—Es una caída de… unos tres pisos. Creo que tienes una posibilidad en tres de sobrevivir —escuchó a su amigo.

La castaña guardó su libro en su mochila y bajó hasta donde estaba Pope, hablándole a John B.

—¿Debería hacerlo? —preguntó el chico levantando una pierna mientras hacía equilibrio.

—¡John B, baja ya mismo de ahí, te matarás! —regañó a su novio, que estaba subido sobre el techo de un tejado.

—Tranquila, preciosa, está todo bajo control —respondió guiñándole un ojo.

—Sí, salta. Te dispararé mientras caes —comentó el chico a su lado con una pistola de clavos que sacó de la caja de herramientas que los trabajadores habían olvidado en la construcción.

—¿Me dispararás? —preguntó divertido su novio.

—Sí —respondió apuntándole.

—¡Pope, baja eso ya mismo! —le gritó a su amigo.

—Tranquila, Savvy, no iba a dispararle realmente —rió el moreno.

—Relájate, Sunshine, disfruta la vida —ella miró molesta a JJ antes de acercarse y robarle su cerveza.—¡Oye! —se quejó sin dejar de sonreír porque le daba gracia ver a su amiga molesta.

Savvy creía que se veía aterradora, pero a los ojos de JJ, con el ceño fruncido y la cara roja, se veía super tierna.

La castaña bebió un largo trago antes de devolvérsela al rubio.

—Odio las latas —se quejó, secándose porque había derramado parte del contenido.

Claro que JJ lo sabía y por eso las compraba. Savvy era algo descuidada cuando bebía de latas y siempre se derramaba, y al rubio le encantaba ver cómo las gotas de cerveza bajaban por los labios de su amiga, e incluso en ocasiones, cuando no llegaba a secarse, el líquido bajaba y se perdía entre sus pechos.

𝗦𝘂𝗺𝗺𝗲𝗿𝘁𝗶𝗺𝗲 𝗦𝗮𝗱𝗻𝗲𝘀𝘀 [ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora