EL Abandono de la Sala Blanca - [ COTE ] (Traducido)

PARTE 21 : Sakayanagi Hideki

"Fufu... Ya sé que es mona, pero sólo a mí se me permite llamarla así", declaró la voz, acompañada de una risa traviesa que resonó en la habitación.

La fuente de la voz se adelantó, revelándose como una figura cautivadora. Su cabello, de un llamativo tono lila, caía en cascada sobre sus hombros con un aire de elegancia sin esfuerzo.

Sus ojos, de un penetrante tono azul, brillaban con picardía mientras observaban la sala, percibiendo la tensa atmósfera. De rasgos refinados y mandíbula fuerte, su rostro desprendía un encanto enigmático, acentuado por una sonrisa confiada pero juguetona.

Alto y sereno, llamaba la atención sin pronunciar palabra. Su presencia parecía irradiar una sensación de calma en medio del caos, y su postura irradiaba un aire de seguridad en sí mismo.

Vestido impecablemente con un conjunto elegante, combinaba la sofisticación con un toque de rebeldía.

Los ojos de Ichinose se abrieron con sorpresa y alivio cuando la voz llegó a sus oídos. Volvió la mirada hacia la fuente, con una mezcla de gratitud y afecto evidente en su expresión.

"Hideki-senpai", susurró, con una voz llena de una mezcla de alivio y calidez.

Con un movimiento rápido pero elegante, apartó las manos de Takumi de Ichinose, con firmeza y decisión. Sus ojos se clavaron en los de Takumi, con un destello de determinación y protección.

"Te sugiero que te alejes de mi novia", dijo con firmeza, con un tono de voz que no admitía discusión.

La sala pareció contener la respiración mientras el enfrentamiento continuaba, con la tensión en el aire. La expresión de Takumi vaciló, momentáneamente sorprendido por el inesperado giro de los acontecimientos.

Sin embargo, su arrogancia no tardó en resurgir y, con una mueca de desprecio, trató de recuperar la compostura.

"¿Y a quién tenemos aquí? ¿Otro caballero de brillante armadura?", se burló, con palabras llenas de desdén.

Sus labios se curvaron en una sonrisa cómplice, su picardía se mezclaba a la perfección con su inquebrantable resolución.

"No, no soy un caballero", respondió, con una voz que destilaba una mezcla de diversión y confianza. "Sólo un hombre que sabe proteger lo que es suyo".

En ese momento, la atmósfera cambió. Su presencia irradiaba fuerza y autoridad, haciendo que la fachada de Takumi se resquebrajara ligeramente. La sala observó con expectación cómo cambiaba la dinámica del poder, inclinándose la balanza a favor de los que se oponían a la oscuridad de Takumi.

Con paso seguro, se dirigió rápidamente al lado de Ichinose, rodeándola con sus brazos en un abrazo protector. Las mejillas de Ichinose se sonrojaron levemente y sus ojos brillaron de gratitud y confianza. Su conexión era palpable, un testimonio del vínculo que compartían.

Takumi, aunque ligeramente sorprendido por su atrevimiento, intentó recuperar la compostura.

"Bien, puedes recuperar a tu novia", se burló, con un tono cargado de desdén.

"Pero no tienes nada que hacer con ella. No es de tu incumbencia", continuó mientras dirigía su atención hacia mí.

Sus ojos se entrecerraron, con un brillo travieso bailando en sus profundidades. Se inclinó hacia Ichinose, susurrándole palabras que sólo ella podía oír. Ichinose se sonrojó aún más y su expresión fue una mezcla de sorpresa y placer.