"Oye Ayanokouji, ¿qué te parece si añadimos más decoraciones a la cafetería?". preguntó Nakamura, con la voz llena de entusiasmo, mientras se acercaba a mí en medio de la bulliciosa clase. Sus amigos se reunieron a mi alrededor, esperando ansiosos mi respuesta.
Levanté la vista de mi libro y observé al grupo con expresión tranquila e indiferente. "Una decoración adicional podría mejorar el ambiente", respondí, con un tono uniforme y carente de especial entusiasmo.
"¿Qué ideas tienes en mente?".
Los ojos de Nakamura brillaban mientras desplegaba una hoja de papel de origami intrincadamente plegado, mostrando con orgullo su última creación.
"Mira estos diseños de origami", exclamó, mostrándolos para que yo los viera. "Creo que encajarían perfectamente en la cafetería. ¿Qué me dices?".
Al examinar los delicados pliegues y los precisos patrones, asentí levemente, reconociendo los esfuerzos de Nakanmura.
"El origami puede añadir un toque de autenticidad", comenté con voz neutra. "Contribuiría a crear un ambiente tradicional japonés".
Sayuri, que estaba cerca con su cuaderno en la mano, intervino con entusiasmo. "He estado pensando en incorporar cerezos en flor y abanicos", añade con la voz llena de expectación.
"Son símbolos japoneses clásicos. ¿Qué te parece?".
Desvié la mirada hacia Sayuri, evaluando brevemente su entusiasmo."Los cerezos en flor y los abanicos son motivos reconocibles", reconocí, con tono tranquilo y analítico.
"Podrían realzar la estética general y evocar una sensación de cultura japonesa".
Los amigos de Nakamura bullían de entusiasmo, sus expresiones animadas contrastaban con mi actitud tranquila. Mantuve la compostura, absorbiendo las ideas que se intercambiaban en el grupo.
Rompiendo el silencio momentáneo, uno de los amigos de Nakamura planteó una pregunta, inseguro de cómo proceder. "¿Y si añadimos música al café? Podría mejorar el ambiente, pero ¿cómo lo haríamos?".
Nakamura reflexionó un momento, con la voz teñida de una pizca de confianza. "Tengo un altavoz Bluetooth en casa. Podríamos fijarlo a las paredes o al techo de la habitación. Con eso bastaría".
La curiosidad se encendió en el grupo al reflexionar sobre los aspectos prácticos. Surgieron preguntas, y una persona sugirió: "¿Pero de dónde sacamos la música? ¿Deberíamos poner algo de Internet?".
intervino Nakamura, con una sonrisa de orgullo en la cara. "En realidad, nuestra escuela tiene un club de koto. Están especializados en música tradicional japonesa, y son bastante hábiles. Conozco a alguien del club y podría pedirle sus grabaciones".
Sus palabras resonaron en el grupo, que respondió con expresiones de agradecimiento. Observé cómo los amigos de Nakamura se volvían hacia él para expresarle su agradecimiento.
"¡Vaya, Nakamura, es increíble! Gracias por traerlo a colación", exclamó uno de ellos, con un deje de emoción en la voz.
"Sí, es una idea brillante. Poner música tradicional de fondo dará un toque único al ambiente", comenta otro amigo, asintiendo con la cabeza.
Nakamura sonrió, reconociendo su gratitud. "No hay problema, chicos. Me alegro de haber podido contribuir a los preparativos".
La sonrisa de Nakamura permanecía en su rostro, un reconocimiento silencioso de su contribución. Volví la mirada hacia el bullicioso
de los alrededores, absorbiendo la vibrante atmósfera que envolvía el aula. Los diligentes esfuerzos de mis compañeros se hacían cada vez más evidentes a medida que los preparativos se desarrollaban a la perfección.
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EL Abandono de la Sala Blanca - [ COTE ] (Traducido)
FanficEn los enigmáticos confines de la sala blanca, Ayanokouji Kiyotaka, la venerada "Obra Maestra de la 4ª generación demoníaca", se somete a un riguroso entrenamiento. Pero cuando los militares asaltan las instalaciones, Ayanokouji es finalmente liber...