PRIMER CAPÍTULO

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Tres meses habían pasado desde que Sergio cerró la puerta de su antigua vida matrimonial. Ahora, mientras caminaba por el bullicioso paddock, cada paso lo acercaba a su última carrera con el equipo que había sido su hogar durante tantos años. Las luces del circuito brillaban sobre el asfalto, reflejando no solo la adrenalina de la competencia, sino también la despedida inminente de Checo. Esta sería su última carrera como piloto oficial del equipo.

El rugido ensordecedor de los motores llenaba el aire cuando las luces del semáforo finalmente se apagaron, dando inicio a la carrera. Checo había comenzado desde la cuarta posición, pero en cuestión de minutos ya se encontraba en tercer lugar, peleando por el podio. Delante de él, Max Verstappen lideraba, imparable como siempre. Aunque no podía alcanzar a Max ni a Carlos que estaba en el segundo lugar, Checo tenía asegurada una sólida tercera posición.

Con cada curva, cada frenada, Checo mantenía la concentración. Era su última oportunidad de dejar una marca con su equipo, y no la desperdiciaría. La adrenalina fluía mientras se acercaba al final de la carrera. Las últimas vueltas pasaron rápidamente, y finalmente, la bandera a cuadros ondeó. Max cruzó la meta en primer lugar, celebrando otro triunfo en su impecable temporada. Checo, detrás de él, aseguró la tercera posición.

Al escuchar las felicitaciones del equipo por la radio, Checo sonrió tras su casco.

—¡Buen trabajo, Checo! P3 en tu última carrera con nosotros. Ha sido un placer trabajar contigo.

Checo bajó del coche con una mezcla de emociones. El podio lo esperaba, y con él, una última celebración como piloto del equipo. Max, siempre sonriente en la victoria, levantó su trofeo, mientras la champaña estallaba a su alrededor. Checo también disfrutó del momento, cubierto de burbujas mientras compartía bromas con los otros pilotos.

Al bajar del podio, Checo se dirigió al paddock. Se sentía satisfecho pero nostálgico. Sabía que su tiempo en el equipo había llegado a su fin, pero las oportunidades laborales en la Fórmula 1 seguían abiertas.

Max se acercó a él, secándose los restos de champaña.

—Buen trabajo ahí, Checo —dijo Max, dándole un amistoso golpe en el brazo—. Te vas con un podio. No está nada mal para tu última carrera con el equipo.

Checo sonrió, reconociendo la verdad en las palabras de su joven compañero.

—Gracias, Max —respondió—. No es fácil irse, pero me siento bien con cómo terminó. Me alegra haber estado aquí contigo todos estos años.

Max lo miró con una mezcla de gratitud y algo más profundo. Había algo entre ellos, algo que nunca se había dicho del todo.

—Sabes, no lo habría logrado sin ti —dijo Max, su tono más serio—. Mis campeonatos... todo esto. No habría sido lo mismo sin tu apoyo. Echaré de menos trabajar contigo, pero... —Max hizo una pausa, mirándolo de manera más intensa—, quizás podríamos vernos después de esto, ¿no?

Checo, aunque algo sorprendido, sonrió.

—Claro, aún no me voy del todo. —dijo, cruzando los brazos—. Me han ofrecido varias oportunidades laborales en la F1, pero aún no he decidido. De cualquier manera, seguiré por aquí.

Max asintió, visiblemente aliviado.

—Me alegra oírlo. No sería lo mismo sin ti.

Antes de que pudieran seguir hablando, algunos miembros del equipo se acercaron a Checo, con sonrisas enormes y una energía contagiosa.

—¡Checo! —exclamó uno de los mecánicos—. No puedes irte sin una fiesta. Nos aseguramos de hacerte una celebración para tu último día como piloto. ¡No aceptamos un 'no' como respuesta!

ENTRE RIVALIDAD Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora