DECIMOSÉPTO CAPÍTULO

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Sergio se despertó con un dolor de cabeza sutil y esa sensación de cansancio que solo deja una buena noche de celebración. Era temprano, y aunque todo lo que quería era acurrucarse en la cama por unas horas más, sabía que Yuki tenía clases. Había sido un fin de semana especial, lleno de carreras y reencuentros, pero la rutina llamaba de nuevo. Afortunadamente, Yuki estaba cada vez más entusiasmado con la escuela, y aunque aún no mencionaba amigos nuevos, disfrutaba mucho de sus días allí. Sergio estaba feliz ante el entusiasmo de su hijo mientras lo alistaba para el día: el uniforme bien puesto, el desayuno preparado y una gran sonrisa después de su tazón de cereal.

Camino a la escuela, Yuki no paraba de hablar sobre todo lo que habían hecho el fin de semana, relatando los detalles con un entusiasmo que hizo sonreír a Sergio, quien se sentía afortunado de ver a su hijo tan feliz. Al llegar, Sergio se sorprendió de que George no estuviera en la puerta recibiendo a los niños, como solía hacer. "Quizás hoy le tocó otra tarea", pensó Sergio, encogiéndose de hombros.

Después de dejar a Yuki en su clase, Sergio decidió pasar por la panadería a comprar algunos panes frescos para la cena, una de sus pequeñas tradiciones semanales. Sin embargo, cuando llegó, se encontró con que aun estaba cerrada. Suspirando, notó que su resaca se hacía un poco más evidente con el hambre y decidió pasar a la farmacia de la esquina para comprar algo para el dolor de cabeza.

Mientras recorría el pasillo en busca de una caja de analgésicos, Sergio reconoció un rostro familiar: Lando, el joven piloto de McLaren, quien estaba de espaldas mirando los estantes. Se conocían muy poco, ya que Lando había llegado a la Fórmula 1 apenas un par de años antes de que Sergio decidiera retirarse. Aunque no habían tenido mucha interacción en el pasado, Sergio se sorprendió cuando Lando lo reconoció de inmediato y, con una sonrisa entusiasta, se acercó a saludarlo.

—¡Sergio! —exclamó Lando, con una expresión de sorpresa y emoción—. ¡Qué casualidad verte aquí!

—¡Lando! —respondió Sergio, estrechando su mano con una sonrisa—. Igualmente, no esperaba encontrarte en una farmacia tan temprano. ¿Todo bien?

—Sí, sí. Bueno... —Lando rió y se encogió de hombros—. Anoche tome en casa de un amigo, y ya sabes, una cosa llevó a la otra, y aquí estoy, tratando de arreglarme para sobrevivir el día. ¿Y tú?

Sergio asimilándolo, compartió una sonrisa cómplice.

—Igual, tratando de sobrevivir esta mañana. Traje a Yuki a la escuela y pensé en pasar por la panadería, pero está cerrada. Y con esta resaca encima, pensé que la farmacia era una buena alternativa.

—Ah, claro, claro. Bueno, al menos no soy el único, ¿no? —bromeó Lando, guiñándole un ojo—. Ya que estamos en la misma, ¿Qué tal si nos tomamos un café? Así combatimos esta resaca juntos.

Sergio aceptó la invitación con una sonrisa, ya que no tenía prisa y la panadería demoraría un rato en abrir. Luego de comprar sus medicamentos, se dirigieron a la cafetería en la esquina. Al entrar, el aroma a café recién hecho y a pasteles recién horneados les dio una bienvenida perfecta, y ambos suspiraron aliviados al saber que, en breve, tendrían algo que les ayudaría a superar su resaca.

Ya con sus cafés en mano y Lando disfrutando de un pequeño pastel, comenzaron a charlar entre sorbos. Sergio, curioso, fue el primero en preguntar.

—¿Y qué te trae a Mónaco tan temprano en la temporada baja?

Lando lo miro a los ojos como si la razón fuera una larga historia.

—Ah, ¡ni te imaginas! Estoy remodelando mi casa, pero ha sido un caos total. Vine unos días antes para arreglar algunos problemas con el contratista. Ayer llegue con un amigo y queríamos salir pero terminamos en el sofá viendo televisión y, bueno, nos quedamos dormidos. Lo malo es que en algún punto me caí del sofá y mi cabeza aún no me lo perdona. Mi amigo fue a buscar algo para el dolor, pero como tardo tanto, terminó trayendo cervezas como disculpa, y, bueno... eso ayudó anoche, pero hoy no tanto.

ENTRE RIVALIDAD Y DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora