berrinche de una diosa parte 1/?

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La diosa Freya, con sus cabellos plateados y ojos violetas, era conocida por ser la patrona de la familia más poderosa de Orario. Sin embargo, guardaba un secreto: vivía una doble vida. Esta decisión fue impulsada por la constante atención y cuidado obsesivo que su familia siempre le brindaba.

No podía salir sola. No podía hacer amigos. Cada acción era monitoreada por sus hijos con la excusa de que la cuidaban. Al principio, eso le parecía algo lindo; sentirse cuidada y protegida era una sensación agradable. Pero con el tiempo, se tornó asfixiante.

Freya soñaba con encontrar el amor, un amor que no fuera falso como el que sus hijos tenían hacia ella. Nunca creyó que lo encontraría hasta que conoció a ese albino.

Su nombre, Bell Cranel, era el único que había logrado resistirse y negarse a su encanto. Ese hecho la emocionó enormemente y la enamoró profundamente. Quería compartir su eterna vida con ese humano de cabello blanco... pero no salió como ella quería.

—Entonces... ¿cómo arreglaré esto? —se preguntó la diosa desde su trono en una de las habitaciones de la Torre Babel, mientras a su lado, Ottar la observaba en silencio.

—Podría eliminar a esa Renald y al niño, y después borrarles la memoria a todos en Orario, haciendo que crean que mi Bell-kun siempre estuvo en mi familia... Pero ni siquiera yo estoy tan retorcida como para matar a un niño inocente —murmuró, dejando que las palabras flotaran en el aire.

Ottar, con su habitual seriedad, finalmente habló.

—Diosa Freya, aunque comprendo tu frustración, debes considerar las consecuencias de tus acciones. Hay formas de acercarte a Bell sin recurrir a la violencia.

Freya lo miró, considerando sus palabras.

—¿Y qué sugieres? ¿Ser una amiga lejana, una figura materna? No, eso no es lo que quiero. Quiero a Bell para mí, y no permitiré que nadie se interponga en nuestro camino.

Ottar asintió, reconociendo la determinación de su diosa.

—Puede que haya otras maneras de atraer su atención, de demostrarle lo que sientes sin dañar a los que lo rodean. Los caminos de la manipulación pueden ser sutiles y, a veces, más efectivos que la fuerza bruta.

Freya sonrió, una chispa de astucia brillando en sus ojos.

—Tienes razón, Ottar. Tal vez no necesite eliminar a nadie. Quizás solo necesite crear la oportunidad adecuada.

La diosa se recostó en su trono, contemplando su próximo movimiento. La emoción y la ambición chisporroteaban en su interior. Después de todo, el amor no siempre era sencillo, pero ella estaba dispuesta a jugar sus cartas con astucia para conseguir lo que deseaba.

Por otro lado, Ottar se relajó. Era alguien poderoso, el único nivel 7 de toda la ciudad, y junto a su fuerza venía la sabiduría. Ottar no era un asesino; aunque seguía las órdenes de su diosa, no las seguía ciegamente como lo hacían sus compañeros. Por eso, trató de convencer a Freya de no hacer algo que involucrara mancharse las manos con sangre inocente.

—Ottar... ¿accederías a entrenar a Bell-kun? —preguntó Freya, su tono lleno de expectativa.

Ottar se sorprendió. No había considerado esa opción cuando aconsejó a su diosa.

—Freya-sama, usted sabe que nunca discuto sus acciones, pero... ¿cree que Bell Cranel accedería fácilmente? Además, a lo largo de mi vida, solo he entrenado a Allen. Sería exponer nuestros secretos a Bell Cranel, quien está cercano a la familia Loki... nuestra familia rival.

—Lo sé, pero estoy segura de que Bell-kun no divulgaría nuestros secretos. La prueba está en que, aunque ha sido entrenado por miembros de la familia Loki, nunca ha divulgado nada —replicó Freya, con un brillo de confianza en sus ojos.

¿esta mal querer ser el padre de un bebe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora