demonio parte 1/2

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Todo fue un accidente. Allen se había descuidado, y una pequeña roca golpeó a Haruhime, dejándola inconsciente. Aunque no fue grave, la sangre de Allen manchó parte del rostro de Haruhime, creando una imagen inquietante. Al darse cuenta de lo que había ocurrido, sus compañeros se acercaron rápidamente. Hedin, el mago más poderoso de la familia Freya, quiso aplicar magia curativa, pero...

—¡Aléjense de ella! —un grito resonó en la sala, distrayendo a todos.

Los miembros de la familia Freya se volvieron, sorprendidos al ver a su objetivo, Bell Cranel. Pero, ¿no había subido demasiado rápido? Y, ¿acaso eso era una niña a su lado?

Hedin se tomó un momento para procesar la situación, asombrado por la repentina aparición de Bell. Observó cómo Allen, uno de los más fuertes de su grupo, esquivaba con dificultad un corte de la daga negra que Bell empuñaba.

Lo extraño era que aquella daga estaba envuelta en fuego. Hedin retrocedió, su mente funcionando a toda velocidad. Esa habilidad no estaba en sus informes.

—¿Quién te crees, Bell Cranel? —preguntó Hedin, tratando de mantener la compostura a pesar de la incertidumbre que sentía.

Bell, con la determinación reflejada en sus ojos carmesí, respondió:

—yo soy la venganza...

Ignis, oculta detrás de Bell, sonrió siniestramente, disfrutando de la tensión en el aire. La atmósfera se volvió palpable, como si el fuego que rodeaba a Bell estuviera a punto de estallar en una batalla.

—¿Y qué piensas hacer? —replicó uno de los compañeros de Hedin, un guerrero grande y robusto, con una burla en su voz—. ¿Crees que puedes enfrentarte a nosotros?

Bell, sin apartar la mirada de Haruhime, respondió con firmeza:

—¿Crees que estaría aquí si no me creyera capaz?

La sala quedó en silencio, interrumpida solo por el leve crujido del fuego que envolvía la daga de Bell. Ignis, sintiendo la tensión en el aire, se preparó para actuar.

Nadie creyó sus palabras. ¿Estaba loco? ¿Acaso un minotauro lo había golpeado hasta cansarse? Era simplemente impensable que alguien de nivel menor se enfrentara a la familia Freya, especialmente con el capitán presente.

Desde la lejanía, Ottar observaba, sintiendo que algo estaba mal. ¿Por qué habría una niña con él?

Las respuestas no llegaron. Sin que él lo ordenara, uno de sus compañeros, impulsado por la sorpresa, se lanzó al ataque. Pero antes de que pudiera reaccionar, Bell levantó su mano. Instantes después, una ola de fuego se desató sobre ellos, solo priorizando la seguridad del cuerpo de haruhime.

Era como un torrente, arrasando todo a su paso. Ottar se quedó estupefacto, pero reaccionó a tiempo, levantando un gran escudo para proteger su cuerpo, mientras otros miembros intentaban cubrirse como podían.

La oleada duró dos minutos, dos minutos en los que sintieron el verdadero terror. Cuando finalmente se detuvo, el piso 30 parecía el interior de un volcán. Ottar no podía creer lo que veía.

—¿En serio es un nivel 4? —pensó, incrédulo. Eso era absolutamente imposible.

¿Qué debía hacer? Aunque sabía que podría derrotarlo fácilmente, algo dentro de él le gritaba que huyera, que no se enfrentara a Bell.

Los miembros de la familia Freya, atónitos, se miraron entre sí, dudando de sus decisiones. Ignis sonrió desde detrás de Bell, disfrutando de la confusión que había sembrado.

—Esto apenas comienza —murmuró, sintiendo el poder y la oscuridad crecer a su alrededor.

Bell, con el fuego aún danzando a su alrededor, sentía la ira y la determinación ardiendo dentro de él. No se detendría; su venganza era clara y no tendría piedad con nadie.

¿esta mal querer ser el padre de un bebe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora