Capítulo 08.

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El amanecer en la Isla Jeju llegaba tranquilo, iluminando la habitación de Taehyung con una cálida luz dorada que se colaba por las cortinas. El suave sonido del oleaje se filtraba desde la distancia, ofreciendo un contraste con la inquietud que Taehyung sentía al abrir los ojos.

El día anterior había sido agotador. El encuentro con Jungkook, las fotos y, sobre todo, los pensamientos que no lo dejaban en paz. Intentó sacudirse esas emociones, pero despertó con una sensación de pesadez en el pecho.

Se dio la vuelta en la cama, buscando el teléfono en la mesita de noche. Ningún mensaje nuevo de JiHye. No era una sorpresa, pero aún así, Taehyung no pudo evitar sentir una punzada de decepción. Se había acostumbrado a ese silencio, a esa indiferencia, pero ahora, con Jungkook de nuevo en su vida, todas las inseguridades parecían amplificarse.

"¿Por qué me afecta tanto?", pensó mientras dejaba el teléfono a un lado y se levantaba de la cama. Se estiró perezosamente antes de dirigirse al baño para refrescarse. El agua fría le ayudó a despejarse un poco, pero no lo suficiente como para sacudirse esa molesta incomodidad.

Mientras se vestía, su mente volvía a las palabras no dichas de la tarde anterior. Había dejado que Jungkook lo acompañara por la isla, tomándole fotos y hablando de recuerdos que parecían pertenecer a otra vida. Se había sentido atrapado en ese pasado, en las sonrisas fáciles y los silencios cómodos. Pero también sabía que no podía quedarse ahí.

Después de prepararse, Taehyung decidió que lo mejor sería salir de su habitación. Tal vez una caminata le ayudaría a distraerse. Pero justo cuando estaba por abrir la puerta, escuchó un suave golpe desde el otro lado.

Jungkook estaba ahí, sonriendo de manera casual, pero con esa chispa en sus ojos que Taehyung reconocía tan bien.

—Buenos días.—Saludó el pelimorado, levantando la cámara en su mano.—Pensé que podrías querer ver algunas de las fotos de ayer. ¿Tienes tiempo? 

Taehyung dudó por un segundo, pero finalmente asintió. "No puedo evitarlo...", pensó, sintiendo cómo la situación comenzaba a pesarle.

—Claro, pasa. 

Sintiendo un Déjà vu del momento con el día anterior, Jungkook entró con la misma facilidad de siempre, como si no hubieran pasado años desde la última vez que compartieron un espacio tan íntimo. Taehyung cerró la puerta detrás de él, sintiéndose repentinamente consciente de lo cercanos que estaban.

Se sentaron juntos en la pequeña mesa en la sala de la habitación, y Jungkook comenzó a mostrarle las fotos. Eran hermosas, como siempre. La luz, los ángulos, la manera en que Jungkook capturaba la esencia del paisaje y de él mismo, le recordaba por qué alguna vez había admirado tanto su trabajo.

—¿Qué te parecen?—Preguntó Jungkook, sin apartar la vista de las imágenes.

—Son... increíbles.—Admitió Taehyung, con un tono que demostraba lo maravillado que se encontraba.—Siempre has sido bueno en esto.

Jungkook sonrió, pero su mirada era más seria.—Gracias. Me alegra que te gusten. Pensé que podríamos seguir tomando algunas más hoy... si te apetece dar una vuelta. 

El rubio sintió una ligera tensión en su estómago. Sabía que era solo una propuesta de trabajo, pero la idea de pasar otro día a solas con Jungkook le inquietaba. Era peligroso. No solo por lo que había sido, sino por lo que empezaba a sentir otra vez.

—Dijiste que querías tomar fotos de los paisajes para la boda, ¿No?—Preguntó Taehyung, intentando parecer despreocupado.

—Sí, exactamente. Hay un par de lugares más que quiero revisar antes de que lleguen todos.—Explicó Jungkook, luego agregó con una pequeña sonrisa.—Podríamos ir, si quieres. Es solo una caminata... pero entiendo si prefieres descansar, de todas maneras el propósito de estar aquí es descansar y no agobiarte. 

Water Under The Bridge | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora