Con el paso del tiempo, Lucía y Pedro comenzaron a adaptarse a la vida bajo el ojo público. Pedro hizo esfuerzos para proteger su privacidad, limitando las interacciones con la prensa y evitando hablar de su relación en entrevistas. Sin embargo, Lucía aún se sentía vulnerable, especialmente cuando Pedro tenía que viajar a otros países y ella se quedaba sola en Madrid.
Un día, mientras Pedro estaba en México, Lucía recibió una invitación para una sesión de fotos en una revista de moda. Había llegado a ella porque los medios habían comenzado a interesarse en quién era la novia de Quevedo, y aunque al principio dudó en aceptarla, finalmente decidió que quería ser dueña de su propia narrativa. Si iba a estar en el ojo público, lo haría en sus propios términos.
La sesión fue un éxito, y aunque inicialmente la idea de exponerse la asustaba, Lucía se sintió empoderada al ver el resultado. Era una forma de mostrarle al mundo que ella también tenía su propia voz, su propia identidad, más allá de ser la novia de una estrella.
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Entres canciones y sueños (Quevedo)
FanfictionA veces para conseguir algo te tienes que arriesgar