Basta de sombras

Capítulo 1

POV ANASTASIA 

Estaba con ella. Se fue con ella después de gritarme, de rechazar a nuestro hijo y decirme que no se siente preparado para ser padre. Me dejó sola para largarse con su ex amante.No puedo con esto ¿qué hago? 

 Christian duerme como si nada después de todo lo que hizo. Pero en algo tiene razón: voy a preferir a mi hijo por encima de quien sea, pero por, sobre todo, mi hijo estará por encima de él, quien no se merece mi amor ni mi incondicionalidad. Asqueada por lo que leí en su celular, decido que lo mejor es no permanecer aquí un minuto más, si lo hago no sé de lo que soy capaz y no sé a que me enfrentaré en cuanto Christian despierte, no creo soportar otro rechazo de su parte. Me visto con unos vaqueros y una sudadera, empaco unas pocas prendas en una pequeña maleta y lo necesario y mientras espero el taxi que pedí, le escribo una carta a Christian y la guardo en un sobre junto con mi alianza de matrimonio y el anillo de compromiso. Subo a dejar la carta en la habitación que era para las sumisas y luego regreso al salón, tomo mi maleta y abandono para siempre este hogar que compartí al lado de Christian. El taxi me espera frente al Escala, el taxista guarda mi maleta en la baulera y yo me subo.

- ¿A dónde la llevo, señorita? 

- Al Fairmont Olympic – respondo de forma impulsiva.Pasaré lo que queda de la noche en la misma habitación donde estuve con Christian aquella vez que Leila irrumpió en su departamento y destrozó mi coche. No sé a donde más ir a estas horas, no puedo arriesgarme a que Christian dé conmigo si acudo a Kate o a los Grey. 

Iba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando el taxi estacionó frente al hotel. Luego de pagarle, el taxista me entrega mi maleta y entro al hotel. Me decido por una habitación simple y me registro como Anastasia Steele. Una vez instalada sé que no puedo permanecer mucho aquí y pronto recuerdo de que Christian puede rastrear mi teléfono móvil. Por lo que decido apagarlo, será mejor que me compre otro teléfono y una nueva línea. Me dejo caer en la cama, intentando dormir un poco y tratar de olvidar con algunas horas de sueño esta pesadilla que estoy viviendo en vida. En cuanto abro mis ojos, me doy cuenta que está a punto de amanecer, los primeros destellos de la mañana atraviesan la ventana de la habitación del hotel. Me dormí con mi ropa puesta y con todo y zapatos, voy al baño para lavarme un poco la cara. Veo la hora y faltan minutos para las seis. ¿Christian ya habrá leído la carta? ¿cómo habrá reaccionado? De seguro a estas horas el personal debe estar padeciendo su descontrol. Aunque con la borrachera que tenía, dudo que duerma pocas horas.Antes de dejar el hotel, saco mi ordenador de la maleta y lo enciendo. Debo redactar mi renuncia a S.I.P y enviarla a Hannah. En cuanto termino, apago el ordenador y lo vuelvo a guardar en la maleta. En la recepción cancelo la estadía y salgo a parar un taxi. Afortunadamente no tengo que esperar mucho. El taxista me ayuda con mi maleta mientras yo me subo al vehículo, una vez que él se pone al volante le pido me llevo a la terminal de autobuses, me iré a Portland, allí sé quien podría ayudarme.

  POV CHRISTIAN 

Abro los ojos y siento que todo me da vueltas. ¿Qué me pasó?Estoy en mi cuarto, en mi cama y vestido con mis vaqueros, camiseta y calcetines. Ya recuerdo: me pasé de copas tras irme con Elena al bar, pero no recuerdo como llegué aquí. Siento que la cabeza me va a estallar, los ojos me pesan.Ana no está conmigo en la cama. Es más que obvio que no durmió conmigo. 

- Ana – la llamo con la esperanza de que no esté muy lejos de aquí. 

Me levanto de la cama y reviso el cuarto de baño. Ningún rastro de mi mujer. Voy al gran salón y todo se mantiene en absoluto silencio. En la cocina puedo ver a Gail empezando a preparar el desayuno.

- Gail ¿ha visto a Ana? – la interrogo sin siquiera saludarla. 

Gail niega con la cabeza y dándome una mirada reprobatoria. De seguro anoche nos escuchó discutir ¿y cómo no? Si mis gritos debieron oírse en todo el Escala. Haciendo caso omiso a la mirada asesina de mi ama de llaves, subo las escaleras y busco a Ana en el cuarto de las sumisas, seguro se refugió allí. La puerta está cerrada. Golpeo con cautela, pero no obtengo respuesta.