Capitulo 10

57 0 0
                                    

POV ANASTASIA

Han pasado varias semanas del cumpleaños de Teddy y la irrupción de Christian en mi vida nuevamente. Afortunadamente no ha vuelto a dar señales y según pude enterarme por Kate tampoco ha regresado por la casa de sus padres luego de aquella tarde en que le dijeron que no acepté el regalo que le mandó a Teddy.

 Mi pequeño finalmente ha vencido sus miedos y ya da sus primeros pasitos, ahora la que no logra vencer el miedo a que pueda lastimarse soy yo, por lo que me la paso al pendiente y siempre tomando su manita, pero eso se ve que a mi bebé le molesta pues termina por enojarse y llora frustrado. Toda la familia enloqueció de felicidad cuando les envié un video de Teddy dando sus primeros pasos en la sala de nuestro hogar, a decir verdad, fue un momento único y que agradezco que existen las cámaras digitales para poder grabarlo y atesorarlo para siempre.

Al terminar esta agitada semana en la editorial al fin me tomaré mis tan ansiadas vacaciones para poder disfrutar de mi bebé y descansar después de arduos meses de trabajo escribiendo mis columnas, preparando reuniones y coordinar todos los artículos y materiales de la última edición de la revista publicada este mes tanto en papel como en formato digital. Además, de ya comenzar a preparar lo que se publicará el próximo mes.

Hace rato desde la guardería me informaron que Teddy estaba tomando su siesta y que como siempre, pasó un día muy tranquilo, jugando y compartiendo las actividades recreativas con los demás niños.

Me distraigo de mis pensamientos y de lo que estoy haciendo para mi trabajo cuando suena mi celular y veo que es Kate.

- Hola Kate – la saludo animada.

- ¡Ana! ¿Cómo está todo? ¿cómo está ese bebé tan lindo que tienes como hijo? – tan efusiva como siempre cuando se trata de Ted.

- Estamos bien, cada uno en sus actividades – contesto burlona.

- Mi dulce Ted debería estar en su casa, calentito en su cama y no en una guardería, Steele – me suelta. Nunca estuvo de acuerdo con que Ted fuera tan pequeño a la guardería.

- Kate, tampoco ha sido fácil para mí el tener que hacerlo, pero me siento más segura y tranquila teniéndolo aquí al paso – me justifico – además, sabes que no quiero desconocidos dentro de mi casa. Pero ahora que me tomaré las vacaciones, por supuesto que él también lo hará de su guardería.

- Por cierto ¿qué tienes pensado hacer? Dijiste que te tomarías más de un mes mientras piensas en la oportunidad que te ofrecieron en Londres - ¿por qué tenía que mencionar eso?

- No se lo habrás dicho a nadie ¿no? Confío en ti, Kate – trato de sonar lo más intimidante posible.

- Claro que no, te di mi palabra – me contesta y se la escucha sincera. – Bueno, a lo importante ya que esta es tu última semana laboral ¿qué dices de pasar unos días de tus vacaciones aquí en Seattle? Este fin de semana precisamente.

¿Seattle? ¿Otra vez? Mierda, hace meses que no he vuelto por ahí y no es algo que esté en mis planes tampoco.

- ¡Anda, Ana! Siempre que tienes tiempo libre visitas a todos menos a nosotros aquí – me reprocha Kate. Maldición. – Elliot se muere de ganas por llevar a Teddy a ver el juego de Mariners en el estadio, junto con Carrick.

La última y única vez que volví a estar en Seattle tras mi separación de Christian fue hace casi un año, justamente para la boda de Kate y Elliot, donde afortunadamente mi ex marido no apareció. Para mí fue una fortuna y un alivio, pero yo sé que eso entristeció y mucho a Grace, la ausencia de su hijo en la boda de su hermano mayor.

Basta de sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora