POV ANASTASIA
Han pasado 18 meses desde la noche en que decidí irme del lado de Christian. Ahora puedo decir que tengo una vida nueva en un lugar nuevo. Soy una mujer nueva.Hoy soy escritora de "Vanguardia" una revista de Los Ángeles dedicada al público femenino. Jamás me lo imaginé. Lo mío era la literatura inglesa y los manuscritos sobre novelas de ficción, para eso me había preparado. Estoy a cargo de la sección dedicada a la maternidad y tengo mi propia columna tanto en el espacio digital de la revista como en las ediciones en papel que se publican mes a mes. Mis últimos artículos han sido sobre madres solteras y eso me ha valido varios reconocimientos y hasta una nominación para un premio muy importante en la ciudad, aunque dudo que puedo ganarlo, la competencia es brava. Rachel me dice que con o sin premio debo sentirme ganadora por todo lo que he logrado en tan poco tiempo. Le debo tanto a esta mujer, ella apareció en mi vida cuando más lo necesitaba, no sé que hubiese sido de mí hace 18 meses atrás sola, sin trabajo, sin dinero, sin hogar y con un bebé en camino. Rachel y Paul han sido mis mayores pilares aquí en Los Ángeles desde que fijé residencia. Se casaron y tienen un hermoso niño llamado Noah, me da tanto gusto ver lo felices que son y que Paul se haya olvidado de esa absurda fascinación conmigo, yo jamás lo iba a poder ver como otra cosa que no fuera un amigo. Ellos viven también en Los Ángeles y Rachel trabaja como jefa de Relaciones Públicas en la misma revista donde estoy yo y Paul ha conseguido un buen cargo en una compañía financiera.
Por mi parte, mi mundo gira alrededor de Theodore, Ted, mi hijo, la razón de mi vida, quien en dos meses ya cumplirá un año y es el niño más bueno y encantador, bueno, yo soy su madre ¿qué otra cosa puedo decir de mi hijo? Pese a que los primeros meses de embarazo los pase mal a causa de las nauseas y riesgo de aborto, Ted logró llegar al mundo por parto natural, pero estuvo una semana en incubadora debido a que nació con bajo peso y eso me hizo sentir muy mal, por más que lo intentaba, no lograba alimentarme bien debido a que todo me daba asco y eso lo terminó afectando. Cuando lo tuve en brazos por primera vez no podía creer lo pequeño era, se lo veía tan chiquito y frágil que mi primera sensación fue la de protegerlo, él sólo me tenía a mí y yo debía sacar las fuerzas desde donde sea para cuidarlo, para no permitir que nada malo le pasara y para sacarlo adelante. Y eso hice. El amor por mi hijo me convirtió en esta nueva Anastasia que soy ahora: fuerte, independiente, decidida, todo es por mi hijo, para que no le falte nada.
Pero reconozco que no lo he hecho sola, conté con el apoyo de la gente que quiero, aparte de lo que mencioné sobre Paul y Rachel. Mis padres, mis amigos, Bob y hasta los Grey no me han soltado la mano. ¿Qué puedo decir de Grace y Carla? Son las mejores abuelas que Ted puede tener, lo aman incondicionalmente y siempre que coinciden aquí en Los Ángeles, se desesperan por tener la atención de su nieto a tal punto de que a veces acaban discutiendo, teniendo yo que intervenir, recordándoles que yo soy la madre de Teddy, pero no deja de ser gracioso y tierno. A fin de cuentas, es el amor que le tienen a mi niño, lo que las lleva a comportarse así. Grace nos visita todos los meses, ella tiene menos dificultad económica que mi madre para volar desde Seattle hasta Los Ángeles, incluso hasta me acompañó en el parto, ella recibió a Teddy, fue quien cortó el cordón umbilical y hasta le dio su primer baño. Ella ha sido más que una suegra para mí, la considero otra madre. Carla llegó al día siguiente del nacimiento de Teddy, como siempre por estar pendiente de los asuntos de Bob, yo creo que eso la rebalsó y desde ese día dejó de darle prioridad a su marido y decidió que también quería ser presente en la vida de su hija y de su nieto. Ahora vuela cada vez que puede a estar con nosotros así Bob la acompañe o no. Carrick y Ray no se quedan atrás en sus roles de abuelos babosos. Para Teddy ellos serán sus figuras paternas junto con Elliot. Desde que Teddy nació lo hemos visitado tres veces en Montesano y mi padre disfrutó llevándolo a su taller de carpintería, dice que en cuanto crezca le enseñará a pescar y a hacer parrilladas. Carrick, por su parte, ya lo hizo socio del club de los Mariners y tanto él como Elliot quieren llevarlo al estadio a ver un partido. Elliot es otro que está enloquecido con su sobrino, cada vez que lo visita lo llena de regalos, de dulces y juguetes, debo controlar eso, no quiero que Teddy acabe convirtiéndose en un malcriado. Mía y Kate son un caso perdido, aman a Teddy, pero a diferencia de Elliot y los abuelos, su forma de demostrarle su cariño es un tanto exagerada que acaban por agobiar a mi pequeño. A Mía le encanta tomarle fotografías y compartirlas en sus redes sociales, algo que yo al principio no estuve de acuerdo, pero después terminé aceptando. No me gusta que mi hijo esté expuesto en el mundo cibernético. Mientras que Kate parece que lo considera un muñeco porque cada vez que viene le trae varios cambios de ropa y lo viste y acaba dando gritos de júbilo como si fuera una niña con sus muñecas.
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Basta de sombras
FanfictionAnastasia decide marcharse del lado de Christian luego de que él la dejara sola al enterarse de su embarazo y vuelva a contactar a Elena Lincoln, su ex ama. Mientras Ana se convierte en una mujer fuerte y dispuesta a todo para sacar adelante a su hi...