13 ["¿Qué somos?"]

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Pasaron muchos días desde aquel torneo, y, gracias al universo, ahora estaba hablando con Solange, la porrista que había captado mi atención. Nos habíamos dado cuenta de que compartíamos tantas cosas en común que la conversación fluía de forma natural. Lo que más me intrigaba era su asombroso parecido con Victoria, pero con una energía completamente diferente que me atraía aún más.

Hoy era el día en que quedé para juntarme con Solange. Estaba en la escuela, sentada en el suelo, absorta en mi celular, cuando, de repente, Victoria se sentó a mi lado.

- ¿Qué haces? -me preguntó, mirando curiosamente mi pantalla.

- Hablo con una amiga -respondí, bloqueando rápidamente la pantalla para evitar que viera la conversación.

- De seguro es con Solange -dijo, levantando los ojos al cielo con un gesto que me hizo reír, aunque me sentía un poco incómoda.

- Sí, hoy nos veremos -le confirmé, sintiendo que un ligero rubor me recorría las mejillas.

- ¿Y son novias ya o qué? -inquirió con una mezcla de curiosidad.

- Por ahora, no -contesté, sintiendo cómo la tensión aumentaba.

- ¿O sea, tienes pensado ser su novia? -me preguntó.

- Quizás... No lo sé -respondí, sintiendo que mi corazón latía un poco más rápido al pensar en Solange.

En ese momento, un auto blanco tocó la bocina, interrumpiendo nuestra conversación. Victoria y yo miramos hacia el vehículo y vi a Solange, quien me saludaba desde el asiento del copiloto.

- ¡Ju! -me llamó, sonriendo.

Sin pensarlo, me levanté del suelo y corrí hacia el auto. Al abrir la puerta, la envolví en un abrazo cálido, disfrutando del aroma familiar de su perfume. Luego, me volví hacia su madre y le di un beso en la mejilla, sintiendo un toque de calidez en la interacción.

La madre de Solange nos dejó en un parque, y en un instante, me encontré sola con su hermosa hija, la brisa suave acariciando nuestras mejillas.

- Te extrañé -confesó Solange, acercándose y dándome un beso en los labios que me dejó sin aliento.

- Yo más, hermosa -respondí, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba mientras la besaba de nuevo, esta vez más largo y más intenso. El mundo a nuestro alrededor se desvaneció momentáneamente.

Me recosté en su hombro, observando los patos que nadaban en la laguna. La tranquilidad del lugar contrastaba con la agitación de mis pensamientos, y una pregunta que llevaba días en mi mente finalmente salió.

- ¿Qué somos? -pregunté, sintiéndome un poco audaz.

Quizás sonaba demasiado directa, pero desde el primer día que la conocí, supe que había algo especial entre nosotras. Aunque solo nos conocíamos desde hacía 25 días, me sentía profundamente conectada a ella. Era la primera persona con la que salía y mis sentimientos estaban en un torbellino.

- Hmm... -Solange se quedó en silencio, pensativa, mientras su mirada se perdía en la distancia. - Creo que somos amigas con derechos - dijo finalmente.

La respuesta me golpeó como un balde de agua fría. Aunque había disfrutado de esos momentos íntimos, anhelaba algo más profundo, algo que nos diera un nombre. La idea de ser su novia oficialmente me llenaba de emoción: quería presumirla, abrazarla en público, y compartir esos besos que tanto deseaba, incluso frente a su madre.

[...]

- ¿Qué haces? - preguntó Victoria, con curiosidad en la mirada.

- Estoy terminando de escribir porque debo entregar el trabajo. - respondí, concentrada en las palabras que fluían sobre la hoja.

"Confusión De Amigas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora