Un dragón sin su jinete es una tragedia. Un jinete sin su dragón está muerto.
— ARTÍCULO UNO, SECCIÓN UNO DEL CÓDEX DE JINETES DE DRAGONESEl Día de Reclutamiento siempre es el más mortífero. Quizá por eso el amanecer está especialmente hermoso, pues sé que, para mi hermana y para mi, podría ser el último.
Ajusto las correas de mi pesada mochila de lona y subo como puedo por la ancha escalera de la fortaleza de piedra a la que llamo hogar. Mi pecho se agita por el esfuerzo y, para cuando llego al pasillo de piedra que lleva a la oficina de la general Sorrengail, mis pulmones están ardiendo. Esto es lo que gané con seis meses de entrenamiento físico intenso: la capacidad de apenas subir seis pisos con una mochila de catorce kilos.
Estoy jodida.Los miles de veinteañeros que esperan afuera de la puerta para entrar a servir en el cuadrante de su elección son los más fuertes e inteligentes de Navarre. Cientos de ellos se han estado preparando desde que nacieron para el Cuadrante de Jinetes, para tener la oportunidad de ser parte de la élite. Mi hermana y yo tuvimos exactamente seis meses.
Los guardias inexpresivos que flanquean el ancho pasillo al final de la escalera esquivan mi mirada al verme pasar, pero eso no es nada nuevo. Además, ser ignorada es el mejor escenario posible para mí.
El Colegio de Guerra Basgiath no es famoso por ser amable con... pues, con nadie, ni siquiera con los que tenemos madres al mando.Todos los oficiales navarros, ya sea que escojan la educación de curanderos, escribas, infantes o jinetes, son moldeados dentro de estos crueles muros durante tres años, aprendiendo a usar las armas hasta la perfección para proteger nuestras descomunales fronteras de los violentos intentos de invasión del reino de Poromiel y sus jinetes de grifos. Aquí no sobreviven los débiles, especialmente no en el Cuadrante de Jinetes. Los dragones se aseguran de eso.
—¡Las estás enviando a su muerte! —Una voz conocida resuena desde el otro lado de la gruesa puerta de madera de la general y yo ahogo un grito. Solo hay una mujer en el continente lo bastante tonta como para levantarle la voz a la general, pero se suponía que estaba en la frontera con el Ala Este. «Mira».
Desde la oficina se escucha una respuesta ahogada y acerco mi mano a la perilla de la puerta.
En eso veo como mi hermana melliza Violet se va acercando a mi, igual o peor agitada que yo
—No tienen ninguna oportunidad —grita Mira mientras empujo la pesada puerta junto con Vi y mi mochila, al moverse hacia adelante, casi me tira.
«Mierda».La general suelta un insulto entre dientes desde su escritorio y yo me agarro del respaldo del sofá tapizado de color carmín para recuperar el equilibrio. Vi se pone a un lado de mi con la mirada baja con cara de vergüenza porque ella igual iba a caer
—Carajo, mamá, ni siquiera pueden con sus mochila —suelta Mira mientras viene corriendo hacia nosotras.
—¡Estamos bien! —La vergüenza enciende mis mejillas y me obligo a pararme derecha. Lleva cinco minutos de haber vuelto y ya tiene que venir a salvarme. «Porque necesitas que te salven, tonta».
No quiero hacer esto. No quiero tener nada que ver en esta mierda del Cuadrante de Jinetes. No es como que tenga impulsos suicidas. Habría estado mejor reprobar el examen de admisión a Basgiath para irme directo al ejército con la mayoría de los reclutas. Pero sí puedo con mi mochila, y sí voy a poder conmigo misma.
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BORN TO DIE
FanfictionAlyra Sorrengail, Hermana melliza De Violet, tendrá que ir junto a su hermana melliza a la escuela de jinetes de dragón por orden de su madre, aún con todas las posibilidades de vivir están en su contra, hará lo posible por mantenerse viva junto a s...