La entrada al Cuadrante de Jinetes no es más que una puerta reforzada en la base de la torre, al igual que la entrada de infantería al norte. Pero los candidatos de infantería pueden llegar caminando a su cuadrante, que está a ras de suelo, mientras que nosotros, los candidatos a jinetes, tenemos que escalar.
Mira, Violet y yo nos ponemos en la fila de los jinetes esperando para registrarnos y cometo el error de levantar la vista.
Allá arriba, cruzando el valle sobre el río que divide la parte principal del colegio de la altísima e imponente ciudadela del Cuadrante de Jinetes, en la cresta de una montaña al sur, está el parapeto, el puente de piedra que separará a los candidatos a jinete de los cadetes durante las próximas horas.
No puedo creer que estoy a punto de cruzarlo.—Y pensar que llevamos todos estos años preparándonos para el examen escrito de los escribas Vi. —Mi voz está llena de sarcasmo—. Debimos pasarlos jugando en una barra de equilibrio Lyra. — dice Violet afligida.
Mira nos ignora mientras la fila avanza y los candidatos van desapareciendo por la puerta.
—No dejes que el viento les quite firmeza a sus pasos.
Dos candidatos delante de nosotras, una mujer llora mientras su pareja la arranca de un muchacho, la pareja se separa de la fila y se aleja entre lágrimas por la ladera hacia la multitud de seres queridos que ya flanquean los caminos.
No hay más padres delante de nosotros, solo unas cuantas docenas de candidatos que avanzan hacia los que tienen las listas.—Manténgan los ojos fijos en las piedras frente a ustedes y no vean hacia abajo —dice Mira, tensa— Los brazos abiertos para el equilibrio. Si la mochila se les resbala, tírenla. Es mejor que se caiga la mochila y no ustedes.
Miro detrás de nosotras, donde parece que han llegado cientos de personas en unos cuantos minutos.
—Quizá deberíamos dejarlos pasar primero —susurra Violet, y parece que pensamos lo mismo, Dioses.
¿Qué diablos estamos haciendo?
—No —responde Mira—. Entre más esperen en estos escalones —señala hacia la torre—, más oportunidad le das a tu miedo para crecer. Crucen el parapeto antes de que el terror se apodere de ustedes.
La fila avanza y la campana suena de nuevo. Son las ocho en punto.Como era de esperarse, la multitud de cientos de personas detrás de nosotras ya se terminó de separar en sus respectivos cuadrantes y todos están en fila para registrarse y comenzar su servicio.
—Enfócate —ordena Mira, y de inmediato giro la cabeza—. Esto puede parecer duro, pero no busques amistades allá, Alyra. Crea alianzas y siempre manténganse unidas.
Se porque lo dice, me es difícil soltar a las personas.
Ya solo quedan dos adelante de nosotras, una mujer con una mochila llena, cuyos altos pómulos y su rostro oval me recuerdan los dibujos de Amari, la reina de los dioses. Su cabello café oscuro está tejido en varias líneas de trencitas que apenas tocan la igualmente oscura piel de su cuello. El segundo es un hombre rubio y musculoso con una mujer llorando sobre él. Este trae una mochila aún más grande.Miro más allá del par, hacia el escritorio de enlistamiento, y los ojos se me abren de par en par.
—¿Es...? —susurro.
Mira echa un vistazo y suelta una maldición entre dientes.
—¿Un chico separatista? Sí. ¿Ves esa marca brillante que comienza en su muñeca? Es una reliquia de la rebelión.
Enarco una ceja, sorprendida. La única reliquia de la que había escuchado es cuando un dragón usa magia para marcar la piel del jinete con el que se unió. Pero esas reliquias son símbolo de honor y poder y, generalmente, tienen la forma del dragón que las otorgó. Estas marcas son ondas y cortes que parecen más una advertencia que una marca de propiedad.
—¿Un dragón le hizo eso? —susurro.
Ella asiente.
—Mamá dijo que el dragón del general Melgren se los hizo a todos cuando mató a sus padres, pero no la vi muy dispuesta a seguir hablando del tema. No hay nada mejor que castigar a los chicos para que otros padres olviden sus intenciones de cometer traición.
Parece... cruel, pero la primera regla de la vida en Basgiath es que nunca hay que cuestionar a un dragón. Tienden a incinerar a cualquiera que les parezca grosero.
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BORN TO DIE
FanfictionAlyra Sorrengail, Hermana melliza De Violet, tendrá que ir junto a su hermana melliza a la escuela de jinetes de dragón por orden de su madre, aún con todas las posibilidades de vivir están en su contra, hará lo posible por mantenerse viva junto a s...